Con la firma del acta constitutiva del Frente, realizada en un acto al que asistieron más de 2500 personas en un teatro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los principales referentes de los partidos que lo integran: la Unión Cívica Radical; el Partido Socialista; la Coalición Cívica; Proyecto Sur; el GEN; el PSA y Libres del Sur, refrendaron un acuerdo sobre lineamientos políticos comunes, entre los que se destaca el sostenimiento de la ética pública como condición indispensable de la convivencia social: “La ejemplaridad de las conductas y la honestidad en el ejercicio de funciones de gobierno son tanto un imperativo moral, como una garantía de una justa distribución de los dineros públicos”, reza entre otros conceptos, el manifiesto fundacional.
En términos electorales se puede especular con que el Frente reúne un tercio del electorado, teniendo en cuenta el desempeño de la elección de 2009 y el potencial de cada uno de los candidatos que ya han anunciado su postulación para 2015, aunque esa lista pueda ampliarse.
Por supuesto que el Frente, sobre el que ya el Jefe de Gabinete como vocero del oficialismo atacó acusándolo de conjunto de traidores y responsables de hiperinflaciones, tiene por delante dos desafíos cruciales para llegar al 2015 con chances de mejorar lo que hoy es un lugar en la segunda vuelta presidencial: Primero, establecer un estilo de comunicación que asegure el conocimiento de sus figuras y propuestas y, sobre todo, que muestre que es una fuerza de partidos y no sólo un conjunto de líderes. Para esta tarea ya ha logrado la atención masiva del periodismo que, como es su tarea, escarbará en las hendijas del Frente y no en las solideces de su arquitectura. Y segundo, que logre articular para cada necesidad de la ciudadanía una propuesta de política pública coherente y sostenible.
Para Macri – que queda cuarto con la aparición de la coalición – el Frente es tan mala noticia como lo fuera UNEN en la Ciudad. En agosto de 2013, los candidatos del PRO mostraban una gran ventaja en las encuestas previas a la formación de UNEN, considerado cada candidato por separado. Las PASO en la Ciudad cambiaron esa tendencia. Macri, por la escasa territorialidad del PRO, sigue teniendo una muy débil situación a nivel nacional y necesita aliarse con líderes provinciales para tener chances en el 2015. Esta debilidad del PRO es una fortaleza del Frente.
Para Sergio Massa, que se mantiene estancado en las encuestas, la estrategia es la misma, con la diferencia de que es un auténtico catch all en la arena política, le va tanto un barón peronista del conurbano como un intendente vecinalista de la tercera sección. No sería de extrañar que la necesidad los viera repetir la alianza que ya formaron en 2013 en la provincia de Buenos Aires, de cara al 2015, año en el que tanto Macri como una decena de gobernadores deberán proyectar su futuro político fuera de sus actuales cargos.
Mientras el oficialismo amaga con una serie de candidatos, sin definir ninguno, e inseguros de que la presidente pueda terciar en la elección o veto de su sucesor o de su acompañante en la fórmula, el Frente ya tiene asegurado en su acta constitutiva las PASO como mecanismo de elección de candidatos, una herramienta que ya ha puesto en práctica con éxito en la Ciudad de Buenos Aires.
El Frente es una esperanza en marcha. Sin embargo, César Tcach, desde la Universidad de Córdoba nos recuerda un dato importante para tener en cuenta: “Por cierto, la formación o no de coaliciones, su eficacia y perdurabilidad se correlacionan con las características del sistema político. Se puede afirmar que un régimen político de tipo presidencialista que se caracteriza además, por la centralización de recursos en el Estado Nacional, genera un conjunto de incentivos selectivos que opera en detrimento de la estabilidad coalicional.”
El presidente del radicalismo, Ernesto Sanz admitió que los personalismos "tienen su peso" en esa coalición. "De hecho, en la Argentina la política tiene un fuerte contenido personalista, pero en este caso todos hemos sido capaces de dejar de lado nuestras cuestiones individuales para construir un espacio común", subrayó y agregó que todos los dirigentes de esa corriente política "tenemos conciencia de que lo colectivo está por encima de cada uno de nosotros".
Se presenta así un nuevo actor en la escena política que ha hecho mucho ruido con su aparición, luego de una importante maduración y un trabajo de consolidación para presentarse en sociedad. Los desafíos están planteados. Si la Argentina que queremos ha de tener bases sólidas expresadas en políticas públicas consensuadas y en una institucionalidad que trascienda a sus ocasionales representantes, el Frente tiene la gran oportunidad de dar el ejemplo y demostrar que una organización democrática y republicana de la sociedad es mejor a un esquema en el que predomina la voluntad encarnada en un liderazgo omnisciente.
Economía a ciegas
El “modelo nacional de matriz diversificada e inclusión social”, hace ya varios años que no responde a nada de su larga denominación: la trasnacionalización ha avanzado, la reprimarización también y la inflación alejó a un conjunto de la sociedad que se había “arrimado al consumo” con la extensión de la jubilación y la AUH que hoy pagan beneficios que, para algunos especialistas, están por debajo de la línea de pobreza.
Es que esa línea, la borró el gobierno para que no se sepa a cuantos ha dejado del lado sumergido. En un verdadero papelón del Ministerio de Economía que mantiene a la gente de Guillermo Moreno al frente del Indec, la gestión “Cokicillof” adujo problemas de “empalme” que resolverá desde la metodología. Si tardaron tres años en la metodología del nuevo IPC, imaginemos que hasta el fin del mandato no habrá estadística para conocer los niveles de pobreza e indigencia.
Hasta entonces todo quedará en la retórica política: Jorge Capitanich, Axel Kicillof y Carlos Tomada ya califican a los estudios privados como operaciones de la oposición y buscan subterfugios para justificar “lo bien que se está” luego de la "década ganada", siempre comparada con la crisis de 2001.
Estudios del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, estiman que "en la Argentina la pobreza se ubicaría cerca de 30 y la indigencia, en 10 por ciento, aún usando las canastas básicas medidas por el INDEC"… … "La pobreza bajó hasta 2010 y 2011, tendió a aumentar en 2012 y subió en 2013, medidas con los datos del INDEC. Lo que hay que señalar es que la indigencia no subió tanto, (sino que) se mantuvo estable en 8 ó 9 por ciento debido a la Asignación Universal por Hijo", sostuvo su titular Agustín Salvia.
Otro dato falseado por el Ministerio de Economía – y señalado desde esta publicación hace tiempo – es el del superávit comercial del año 2013. El Indec “actualizó” ese resultado reduciéndolo en 1366 millones de dólares sin dar explicación alguna.
El nuevo IPC, luego de un debut razonable: ¿será confiable en manos de estos falsificadores de datos públicos? Es probable que siga los pasos de las estadísticas falsas de un gobierno dispuesto a todo con tal de seguir sosteniéndose en el poder. Para eso necesita no contradecir su “relato”: el aumento de la pobreza sería un misil en la línea de flotación de la versión oficial de la historia reciente.
Mientras esto ocurre, en forma lenta, los efectos de la devaluación de enero se van perdiendo y la corrosión inflacionaria colocará al dólar en el casillero del retraso. Para peor, la reducción del nivel de actividad – el aumento de las tasas pega duro en las Pymes – nos acerca a la estanflación.
Lo que podría ser una buena noticia, es decir, la compra de divisas por parte del BCRA, no es más que la advertencia de que pasada la liquidación de la cosecha el segundo semestre sólo dejará la opción del financiamiento internacional – aún cerrado – para pagar importaciones que hoy están “pisadas” y que tienen en el rubro energético su cuenta más pesada. Vale recordar que el BCRA está comprando mucho menos de lo que vendió en el verano y que esa recuperación la deberá utilizar el país para pagar importaciones necesarias para producir. Muchos dilemas para un gobierno débil.
Seguridad a tientas
La Ministra de Seguridad, Cecilia Rodríguez y su segundo Sergio Berni asistieron a la comisión bicameral de Fiscalización de Seguridad Interior, para hablar de un asunto de gran repercusión pública, en la misma semana en que – además de los crímenes ya habituales – el senador Aníbal Fernández fue asaltado, aquel que acuñó lo de la “sensación de inseguridad”.
El encuentro al que los funcionarios y legisladores presentes deben discutir un asunto álgido, debe hacerse sobre la base de la argumentación política, porque los datos de criminalidad – al igual que los del Indec – hace años que nos se elaboran. Así las cosas, Berni aceptó que hay 500 pistas clandestinas de aterrizaje, asunto sobre el cual responsabilizó a la Justicia: “Necesitamos flexibilizar la justicia. Agilizar las causas. Más juzgados federales son bienvenidos, pero lo que le pedimos al presidente de la Corte Suprema son secretarías especiales”, solicitó.
El senador Gerardo Morales, le recordó a Berni en la comisión, que el Jefe de Gabinete en su rendición de cuentas en el Senado había asegurado que no había pistas clandestinas, mostrando que existen grandes contradicciones en asuntos de vital importancia para la ciudadanía.
La información que es tan valiosa para gobernar – la información es poder – está dejando de ser producida por el gobierno y pasará a manos privadas, porque es un espejo que le devuelve a la presidente una imagen que no le gusta. Tal vez tampoco repare que cuando inaugura con Florencio Randazzo los nuevos trenes chinos del Ferrocarril San Martín – fabricados en China – soslaye el hecho de que en su gestión la reindustrialización tan mentada es otro de sus espejismos.
En la década de l940, China estaba en plena revolución agraria y los Ferrocarriles Argentinos se fabricaban aquí. Hoy, después de las tasa de crecimiento más espectaculares de la historia argentina, vendemos a China soja a granel a cambio de trenes de última generación. El relato hace agua por todas partes.
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