El fin de semana pasado sesionó el 4to Congreso del Partido de los Trabajadores de Brasil donde se aprobó la Resolución Política que, además de analizar el escenario internacional, establece los desafíos de la hora para esa fuerza política que incluyen la reforma política y la reforma del Estado porque, justifica, sin ellas “Brasil enfrentará mas temprano o más tarde una profunda crisis causada por el conflicto entre las necesidades de la ciudadanía y la falta de adecuación del sistema político para satisfacerlas”.
El impacto de la crisis internacional , según el documento aprobado, requiere que “la cuestión de la tasa de interés y el tipo de cambio sea enfrentada con medidas más osadas”. Por eso se aprueba la reciente decisión de reducir las tasas y se señala que “ la apreciación cambiaria es una amenaza para la economía brasileña que exigirá en el corto plazo medidas de fuerte impacto . . . amenaza que se torna mayor por la política de los Estados Unidos que han inundado el mundo de dólares baratos”.
Si bien es cierto que la variable decisiva en el comercio entre los dos países es el nivel de actividad económica, más que el tipo de cambio real, una devaluación del real traería consigo mayores importaciones desde Brasil, principal origen de nuestras compras externas, con el consiguiente impacto en el nivel de ocupación y empleo en nuestro país.