En el Colegio de Auditores del 30 de octubre aprobamos por unanimidad la Disposición No. 352/2020-AGN que establece un curso de capacitación obligatoria en género, enmarcado en el cumplimiento de la llamada Ley Micaela Nº 27.499.
De esta manera, se brindará a todo el personal de la Auditoría General de la Nación una serie de herramientas teórico-prácticas para contribuir a desnaturalizar la discriminación y las relaciones desiguales de género en el contexto laboral.
El nombre de la ley es en memoria de Micaela García, una joven de 21 años que fue violada y asesinada en Gualeguay, Entre Ríos, el 1ro. de abril de 2017 por un hombre que, en el año 2012, había sido condenado a nueve años de prisión por abuso sexual. Antes de que cumpliera la mitad de su condena, el Juez de Ejecución de Penas de Gualeguaychú le otorgó la liberta condicional a pesar de que un informe del Servicio Penitenciario desaconsejaba ese curso de acción.
La violencia contra las mujeres es una problemática social de múltiples causas que debe encararse desde diferentes campos y disciplinas. Las instituciones jugamos un papel clave para ayudar a romper los círculos viciosos que vuelcan la balanza en detrimento de las mujeres. Por eso considero que es muy acertado el cometido de la Ley Micaela, en tanto implica un proceso re-educativo en los tres poderes del Estado: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial.
Esa reeducación debe ser un compromiso para promover el cambio cultural y es por esta razón que la temática de género está en los cursos de la Escuela de Formación Política de la Fundacion Alem. Recorrer sus contenidos me permitió reconectar con libros que había leído muchos años atrás y, además, aportarme nuevos elementos para abordar la problemática actual.
Siempre me pareció muy representativa la imagen metafórica que aparece en el ensayo “Una habitación propia” de Virginia Woolf, en la que compara a la mujer con un espejo mágico que distorsiona la realidad a favor del hombre: la aparente inferioridad de la mujer hace que el hombre crezca, viéndose más fuerte, inteligente y poderoso de lo que realmente es.
En un curso de la UBA, la filósofa e investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género, Diana Maffia, reforzaba este concepto: “Si tenemos un estereotipo de lo que es un varón y un estereotipo de lo que es una mujer, y además jerarquizamos esas categorías, estamos jerarquizando reforzadamente a las mujeres con respecto a los valores en una inferioridad. El estereotipo sirve para ocultar el sexismo. Los argumentos con los cuales se descalifica a la mujer tienen una línea larguísima de conceptos con los cuales se puede descalificar, contando con la aceptación incluso de nosotros mismas, las mujeres —porque la ideología no está en las hormonas sino en las ideas—de que unos elementos son más valiosos que otros. Esto es algo que tenemos que pensar más críticamente. Y el feminismo lo hace.”
Desde mi responsabilidad como Presidente de la Auditoria General de la Nación, considero la Ley Micaela una herramienta fundamental para progresar en el trabajo por la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y la erradicación de la violencia contra las mujeres. En este último plano, en el aspecto particular de la violencia laboral, en la AGN se viene trabajando desde una instancia de acción conjunta con los sindicatos: el Comité para la Prevención y Erradicación de la Violencia Laboral.
La nueva normativa busca instalar la perspectiva de género en la formación de todos los empleados de la AGN, presentes y futuros, con el objetivo de prevenir la discriminación y violencia contra las mujeres, desde todas y cada una de las acciones y decisiones institucionales. Los objetivos específicos apuntan a que los participantes:
- Conozcan los principales instrumentos normativos sobre la temática, en el ámbito internacional, nacional y las disposiciones internas de la AGN.
- Incorporen el enfoque de género para la prevención de la violencia de género.
- Identifiquen los roles y estereotipos de género que inciden en las prácticas personales, profesionales e institucionales e incorporen los conceptos clave de la definición de género.
- Adquieran conocimientos básicos sobre la violencia por motivos de género.
- Logren transversalizar la perspectiva de género en sus espacios laborales y que obtengan herramientas para identificar situaciones de violencia y la manera de proceder ante las mismas.
El trabajo para implementar la Ley Micaela se inició en 2018, cuando firmamos un convenio con el Instituto Nacional de las Mujeres (INAM) -en ese entonces dirigido por Fabiana Tuñez, una de las 100 personas más influyentes en temas de género– para construir un ambiente de trabajo sano en el que las mujeres tengan la libertad de desarrollarse con igualdad de oportunidades para crear su propio espacio, su “habitación propia en la AGN”, parafraseando a Virginia Wolf.