Ayer en el Colegio de Auditores aprobamos un informe sobre la gestión de tecnologías de información en Lotería Nacional. Aquí se puede ver un resumen gráfico de los principales hallazgos.
La constatación del aumento del dinero apostado en casinos y salas de juego de la Ciudad de Buenos Aires y la expansión del parque de máquinas tragamonedas, me llevó a una serie de reflexiones (y posteriores preocupaciones).
Se suele aducir que, para compensar las conductas socialmente disvaliosas de los juegos de apuesta, el Estado se involucra y busca obtener ingresos para financiar necesidades sociales.
En los hechos, las colosales ganancias del creciente negocio van a parar a los empresarios concesionarios.
- El volumen de las apuestas a través de “maquinitas”, sólo en 2015 en la Ciudad de Buenos Aires, superó los $11.000 millones de dólares, cifra que excede en más de 20% el presupuesto anual del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
- Los operadores de las “maquinitas” del casino flotante y del hipódromo de Palermo tuvieron, entre 2007 y 2015, ingresos superiores a los $3.300 millones de dólares.
- Por su parte, el Estado Nacional y la Ciudad recibieron, por afectación específica de fondos, menos del 1% del monto total jugado. En el caso de la Ciudad lo percibido representa apenas el 0,27% de su presupuesto anual.
La exigua contribución que percibe el Estado no parecería justificar la promoción de los juegos de apuestas, con todos los males que acarrea para la salud, economía e integridad física y mental de los argentinos.
Sin embargo, la industria del juego está en pleno auge en nuestro país: tenemos la misma cantidad de salas que las que existen en la suma del resto de los países de América del Sur.
Los datos son todos muy ilustrativos pero hay uno que sin duda debe movilizarnos a repensar el actual estado de las cosas: en la Ciudad de Buenos Aires la cantidad de “maquinitas” duplica el número de establecimientos educativos públicos.
Los ciudadanos tenemos que cambiar la apuesta.
2 respuestas a «La apuesta es otra»
Parte del asistencialismo crónico de los gobiernos que necesitan dinero para ser electos y continuar en el poder, querido por los habitantes, ya que no hay trabajo legal ni salarios razonables, con algunas excepciones en el tiempo que no perduran.
Muy buen trabajo Jesus e increíbles las cifras.
Como se menciona en el video, el lavado está presente en estas operaciones.
Es insólito como el Estado admite semejantes ingresos de los operadores para solo recibir beneficios del 1%.
Como y quien aprobó o permitió semejante desproporción entre lo que reciben los operadores y lo que queda para el Estado, cuando podría ser una fuente de ingresos importantísima para planes de vivienda creación de empleo, desarrollo social……., seguridad……