El domingo 7 de Octubre, la elección a presidente de Venezuela consagró por un nuevo periodo a Hugo Chávez Frías con una clara diferencia respecto de Henrique Capriles, el candidato de la Mesa de Unidad Democrática.
Así, en elecciones no discutidas merced al voto electrónico y al trabajo de un hoy sí respetado Consejo Nacional Electoral, el Presidente Chávez iniciará el próximo mes de enero su cuarto mandato consecutivo, extendiendo su presidencia hasta el año 2019, con lo que sumaría 20 años de permanencia en el poder.
Este dato, al menos infrecuente y llamativo cuando se piensa en sistemas de base presidencialista como el que rige en toda América, requiere ser visto en perspectiva. En el cuadro siguiente se ilustra la dinámica electoral de un país socialmente fragmentado y con una alta polarización política.
Resultados Electorales (En millones de votos) | |||
Año | Tipo de Elección | Chávez | Oposición |
2000 | Presidencial | 3,757 | 2,359 |
2004 | Referendo revocatorio | 5,862 | 3,989 |
2006 | Presidencial | 7,309 | 4,3 |
2007 | Referendo reelección indefinida | 4,379 | 4,504 |
2009 | Referendo reelección indefinida | 6,310 | 5,2 |
2010 | Legislativa | 5,5 | 5,6 |
2012 | Presidencial | 8,0 | 6,5 |
Una primera conclusión es el mejor desempeño del oficialismo cuando se trata de elecciones presidenciales. En efecto, cuando perdió la elección legislativa en el año 2010, el oficialismo obtuvo 1,8 y 2,5 millones de votos menos que en las elecciones presidenciales de los años 2006 y 2012, respectivamente.
La comparación también revela que, si bien el oficialismo pudo recuperarse de la mala performance en la elección legislativa y ampliar su base electoral en 700 mil votos, comparando los resultados de las últimas elecciones presidenciales, la candidatura de la oposición creció de una manera notable en alrededor de 2,2 millones de votos, un 50% más que los obtenidos seis años atrás.
Las claves que ayudan a entender esos resultados son la utilización, sin reconocer limites de ninguna naturaleza, de todos los recursos del Estado por parte del partido gobernante y, en el caso de la oposición, la revisión estratégica de su posicionamiento político.
Uso sin límites de recursos públicos
El desempeño electoral del oficialismo se sustenta en la disposición de una holgura fiscal sin precedentes que le permitió y permite financiar programas sociales. Con eso, agrandó el poder de un presidencialismo que arrasó con lo controles y contrapesos institucionales característicos de todo ordenamiento republicano, aprovechándose sin pruritos del llamado “ventajismo político”.
En la República Bolivariana de Venezuela, como en toda la región, se verificaron los impactos positivos del incremento de los precios internacionales de los productos primarios que, en el caso del petróleo, se multiplicó en más de diez veces desde la asunción del Presidente Chávez en el año 1999.
Esos mayores recursos permitieron atender algunos requerimientos sociales que, a través de mecanismos de clientelismo político (los servidores públicos y los beneficiarios de programas sociales alcanzan alrededor de la mitad de los electores), han mejorado los indicadores de pobreza e indigencia. A pesar de la disponibilidad de recursos, las debilidades de una economía, que se distingue por ser monoexportadora de recursos naturales no renovables y por la dependencia casi completa a la importación de bienes intermedios y alimentos, no han sido modificadas en sus bases fundamentales. Así, la ausencia de un plan de reformas ha consolidado una estructura económica rentística que reproduce modestas tasas de crecimiento con elevadas tasas de inflación.
Asimismo, se verifica una gran fragilidad del Estado de Derecho que es, en buena medida, el resultado de un Poder Legislativo subordinado a la voluntad política del Poder Ejecutivo. Esta irrelevancia legislativa, primero por la inconducente abstención opositora y luego por la sobre representación que produce la manipulación oficialista del sistema electoral, deviene en la disposición oficial del Poder Judicial, así como también de la Fiscalía, la Contraloría y la Defensoría del Pueblo.
En efecto, a pesar de que el Referéndum Constitucional de diciembre del 2007 rechazó las iniciativas oficiales, la mayoría legislativa oficialista consagró iniciativas que son validadas en la Justicia como, por caso, normas sobre procedimientos de expropiación que saltean la disposición de utilidad publica por el Congreso y manipulaciones de circuitos electorales. Adicionalmente, luego del triunfo opositor en las elecciones parlamentarias del año 2010, la mayoría – antes de finalizar sus mandatos y de que asuman los nuevos legisladores – sancionó una norma de excepción que aún rige, conocida como Ley Habilitante, para proveer de poderes legislativos al Presidente por encima de las potestades del Congreso.
Además de aplicar una invariable lógica de corto plazo en la administración de los recursos materiales y de concentrar al máximo el poder en cabeza del Presidente, un buen ejemplo de patrimonialismo y del uso partidista de los resortes del Estado por parte del gobierno y que contribuye a hacer más desparejo el campo electoral – particularmente relevante en una elección- es la apropiación del espacio comunicacional. En los noventa días de campaña, el Presidente Chávez recurrió en 31 oportunidades al uso de la cadena de radio y televisión, en ocho ocasiones coincidiendo con actividades proselitistas del candidato Capriles. Esas transmisiones “obligatorias” para los medios de comunicación – incluso en la víspera de la elección- sumaron 48 horas, cuatro veces más que lo utilizado por el propio Chávez en la anterior campaña presidencial.
El inicio de un camino
La oposición, por su parte, desandó el camino de errores de su accionar pasado – que incluyó la abstención electoral- caracterizado por la fragmentación y la falta de ideas propositivas, llevando adelante un proceso de diálogo entre distintos sectores políticos y sociales a través del cual fue posible formular un programa de acción política y ofrecer candidaturas unificadas.
Ese desarrollo tuvo un hito en la elección abierta de candidatos para todos los cargos electivos, con la participación de más de tres millones de ciudadanos, de la que resultó electo Henrique Capriles y el resto de los candidatos que competirán en las próximas elecciones regionales y comunales de los próximos meses de diciembre y abril, respectivamente.
La estrategia de la oposición se planteó evitar la dicotomía agresiva del oficialismo y, en cambio, propuso un camino de superación de la lógica binaria preferida del oficialismo de “amigo-enemigo” con un contenido esencialmente republicano y que convocaba a la unión nacional y la formación de consensos, sin ignorar las mejoras en las condiciones sociales de vastos sectores de la sociedad venezolana. El candidato Capriles se presentó como garante de un futuro común y pluralista para todos los venezolanos y con el lema de “hacer las cosas bien” se instaló la propuesta de garantizar, a través de normas legales, los programas sociales que, hoy por hoy, están a merced de la discrecionalidad del Gobierno.
El futuro próximo
En Venezuela, con la elección del domingo concluyó la incertidumbre electoral, sin embargo, sigue vigente la incertidumbre política expresada en una sociedad dividida en partes casi iguales que debe enfrentar desafíos sustantivos. Además de la inflación, una de las más altas del mundo, Venezuela se ubica entre los 25 países más violentos del mundo, a pesar de no ser un país que enfrenta conflictos armados domésticos ni sufre agresiones externas.
Es pertinente preguntarse sobre las fortalezas y capacidades de esta verdadera “democracia de un solo poder” que rige en Venezuela para afrontar estos desafíos. Es razonable dudar de la eficacia de un régimen híper presidencialista, afecto a la democracia plebiscitaria, que descree decididamente de la práctica política basada en la construcción de consensos y adjudica conductas antipatrióticas a todas las discrepancias.
Por otro lado, el movimientismo bolivariano – con sólida presencia militar reflejada en buena parte de los cargos públicos – se pretende capaz de crear una nueva instancia política global, la difusa y confusa V Internacional del Socialismo del Siglo XXI, con las inevitables y riesgosas consecuencias para el equilibrio regional por su asociación directa con regímenes que cuestionan el orden jurídico internacional.
Una respuesta a «Hugo Chávez y su “máquina de ganar”»
“Sociedad dividida”.Como no,si de la sociedad entera no buscan el amor de DIOS lo sacaron de cuajo de todas partes de sus, mentes de su corazón de sus casa ,colegios ,pueblo ciudades país etc “,sembrando para el futuro ” es nuestro eslogan, LA FUNDACIÓN MADRES ADOLESCENTES RAÍZ FLOR Y FRUTO ,en campaña yo me quiero yo me cuido esta trabajando , prevención fortalecimiento afectividad apego. Amo a Venezuela , allí parí allí ame allí viví y allí deje toda mi juventud.pero a cambio me traje toda la comida criolla ,todo el joropo tu yero ,mejor digo ,dentro de mi corazón Venezuela lo llevo por dentro .DIOS bendiga a todo ser humano que este en esa nación. Margot Ruiz presidenta de esta fundación
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