El 9 de Diciembre del año 1985, la Cámara Nacional de Apelaciones hizo pública la condena a los máximos responsables del terrorismo de Estado durante la dictadura militar que culminó el 10 de Diciembre de 1983.
Ese acontecimiento que hoy recordamos – verdadero punto de inflexión en la vida social de la Argentina que intentó ser ignorado por la actual administración- nos habilita a una reflexión que, desafortunadamente, es muy pertinente.
Para ello, acude en nuestra ayuda Tzvetan Todorov , que en un reciente artículo publicado en El País titulado Un Viaje a Argentina, precisa las diferencias entre la historia y la memoria.
El pensador nacido en Bulgaria y de nacionalidad francesa, galardonado con el Premio Príncipe de Asturias a las Ciencias Sociales en el año 2008, dice: “ una sociedad necesita conocer la Historia, no solamente tener memoria. La memoria colectiva es subjetiva. . . la Historia se hace con la verdad y la justicia como únicos imperativos. La Historia nos ayuda a salir de la ilusión maniquea en la que a menudo nos encierra la memoria: la división de la humanidad en dos compartimientos estancos, buenos y malos, víctimas y verdugos, inocentes y culpables.”
Estas opiniones, que son el resultado de su reciente visita a nuestro país donde visitó sitios emblemáticos de la represión ilegal durante la dictadura, nos permiten concluir que una lección de la historia que difícilmente admita discusión es que con la sentencia de ese Juicio , la Democracia le ganó una batalla cultural a los autoritarismos.