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La elección legislativa del año 2013 puso fin a la aspiración de “Cristina Eterna” y las elecciones llevadas a cabo hasta aquí parecen haber despabilado el sueño sucedáneo del “triunfo en primera vuelta” de la fórmula oficialista.
El latiguillo de los politólogos y especialistas reza: “los oficialismos ganan allí donde no hay grandes problemas, sobre todos económicos”. En lo que va del interminable calendario electoral argentino, esa sentencia parece cumplirse. Sólo en dos de las once provincias que tuvieron comicios, Mendoza y Tierra del Fuego se abandonó la regla que primó sobre este casi 40 por ciento del electorado nacional. Si tomamos a Mendoza como ejemplo, debido a su importancia electoral, el triunfo por el cambio fue ajustado, sin embargo podría ser la lógica que determine la elección nacional en ciernes. En Mendoza no se registran hoy grandes cataclismos económicos – aunque está sufriendo el deterioro generalizado de las economías regionales – pese a ello el gobierno cambió de signo político. Con los resultados vistos hasta aquí, hacer proyecciones sobre la elección nacional no parece una cuenta sencilla y lineal, entre otras cosas, porque el ranking de ganadores ha sido diverso. Si contamos todas las elecciones más allá de su objeto – PASO, legislativas o a gobernador – el FpV ganó solo en tres de las 10 provincias. Los triunfos opositores no están en manos de un mismo partido. La UCR tuvo dos victorias (la gobernación de Mendoza, y las legislativas en Corrientes, donde la UCR es Gobierno), y le siguen con un triunfo cada una el PRO en la Ciudad (pendiente del balotaje); la coalición de la UCR y el Partido Socialista en Santa Fe; el PJ no kirchnerista en Córdoba; el MPN en Neuquén y un “frepasismo autonomista”: Juntos Somos Río Negro, en esa provincia. En resumen: tres triunfos kirchneristas, cinco opositores al kirchnerismo y dos provinciales. En las 10 provincias el FpV acumuló casi el 30 por ciento de los votos. Dado el carácter amplio y variable de las coaliciones que se forman a nivel local alrededor de los candidatos de la UCR, el 19,4 por ciento de los sufragios no puede ser interpretado de manera directa. Aun así, el apoyo combinado de los partidos que a nivel nacional conforman la coalición Cambiemos (PRO, UCR y CC-ARI) alcanzan a al 40 por ciento si se le agrega lo obtenido por ECO en la Ciudad. Debe destacarse que el desempeño del FpV ha sido mucho mejor en las provincias chicas, probablemente por la importancia de la ayuda que unos y otros se prestan – el “toma y daca” que Néstor Kirchner decía despreciar – triunfando en ctres y saliendo segundo en las otras tres. Por el contrario, quedó relegado al tercer lugar en tres – Córdoba; Ciudad y Santa Fe – de los cuatros distritos grandes, ocupando el segundo lugar en Mendoza. El FpV obtuvo sólo un cuarto del apoyo electoral en estos distritos y el 45 por ciento en los distritos pequeños. Esas diferencias, sin embargo, son menos marcadas que en 2011, cuando el FpV obtuvo 20,4 por ciento en las cuatro provincias grandes que aquí se analizan, y 49 por ciento en las 7 provincias chicas. La distribución regional de la fortaleza del FpV contrasta con la de los socios de la coalición Cambiemos, que obtiene de manera combinada el 39 por ciento de los votos en los distritos grandes, alcanzando el 46 por ciento si se le suma los de ECO en la CABA, pero sólo el 26 por ciento en los distritos pequeños. Con este panorama, restando la “madre de todas las batallas” que es la de la provincia de Buenos Aires y atendiendo a algunas encuestas recientes, el escenario nacional es el de segunda vuelta y en esa segunda vuelta la posibilidad del cambio es muy alta. Un ingrediente para esta instancia que la propaganda oficial intenta evitar a toda costa es que el balotaje inaugurará una mesa de negociaciones con los intendentes del conurbano, quienes teniendo resuelto su destino en la primera vuelta, se sentaran a escuchar ofertas tanto para mover el aparato electoral – decisivo en ese distrito – como para desactivarlo. Existen otros enigmas a resolver: ¿La interna de la provincia de Buenos Aires será desgastante para el oficialismo? ¿Cuál es el verdadero potencial de Sergio Massa en ese distrito? ¿La figura de Cristina le suma o le resta a sus candidatos? No debe olvidarse que hizo campaña por Mariano Recalde; Miguel A, Pichetto y Fabián Bruna en las PASO de La Pampa, con estruendosos fracasos. También la fórmula Scioli – Zaninni “ayudó” al candidato del FpV Eduardo Accastello en Córdoba, que amenazaba con salir segundo y quedó tercero, lejos, tan lejos como el triunfo del FpV en primera vuelta. Algo de economía Mientras el ministro Axel Kichillof pontifica sobre la crisis griega, las variables macroeconómicas locales siguen en el franco deterioro que comenzó en el último trimestre de 2007, poco después de que Cristina Fernández asumiera la presidencia por primera vez. Desde ese momento hasta la imposición del control de cambios, un mes después de su reelección, en octubre de 2011, los egresos del sector privado no financiero del país fueron superados en 80.000 millones de dólares. Sólo en los dos meses y medio previos a la reelección de 2011, se fueron 5500 millones de dólares. En los últimos cuatro años, los argentinos buscaron la forma de hacerse de dólares por un total de 8200 millones, dolarizando de hecho la economía nacional. Hoy, los ahorristas particulares retiran divisas a un ritmo de 500 millones mensuales. En la cuenta total, podemos decir que la presidente Kirchner heredó una administración con 46.000 millones de dólares de reservas y entregará un Banco Central, con un tercio de esas reservas. El circulante monetario es superior ya a las reservas declaradas, a las cuales han de restárseles los swaps de China; los encajes en dólares; los pagos de importaciones autorizadas y no amortizadas, y los dólares que corresponden a pagos de la deuda que no se hacen por orden del juez Thomas Griessa. Tal como afirmó Ernesto Sanz: “Con el kirchnerismo el país no puede crecer porque no hay inversión, no puede importar porque no hay dólares y tiene que financiar su déficit con el Banco Central porque no genera confianza en el mundo”. Una buena instantánea de la dura herencia que le espera al próximo gobierno. Segunda vuelta en la Ciudad A pesar de una colosal campaña de propaganda, la intervención de la presidente y la estructura del Estado al servicio del candidato “que rechazó una coima millonaria”, Mariano Recalde, con casi el 22 por ciento de los votos, redondearon la peor elección de esa fuerza en el distrito y quedó afuera de la segunda vuelta y en la incómoda situación de tener que pronunciarse por la orientación del voto del FpV del 19 de julio. Tanto que demoró una semana en pensarlo. Finalmente, la decisión de decir que “ambos representan el mismo proyecto” y que cada uno vote a quien quiera resultó tan insípido como no haber dicho nada. Ahora bien, el balotaje, abrió dos interpretaciones: la peronista que dice que el internismo desgasta, por lo tanto hay que encolumnarse automáticamente detrás del líder; y la radical que opta por el debate y el cumplimiento de la institucionalidad que en este caso coincide con el compromiso de campaña del candidato de ECO: “con el balotaje ganamos todos”. En los hechos, la segunda vuelta servirá para mantener la atención mediática sobre la coalición opositora que dirimirá el futuro alcalde de la Ciudad, según lo previsto, y mostrará que la alternativa de un poder diferente se construye de forma democrática y no en el seno de una cúpula que hace cálculos electorales con encuestas en la mano. Esa práctica que Cristina Fernández acaba de consagrar con la fórmula Scioli – Zannini – al tiempo que declaraba que la “Argentina antes de 2003 vivía bajo un estado pre democrático” – y aplicó junto a su marido, desde Santa Cruz hasta la Casa Rosada, es la que deteriora la calidad democrática: “Este sectarismo infinito (que) sólo sirve para alimentar la división entre los argentinos y para crear conflictos precisamente en lo que más debería unirnos, que es la libertad como patrimonio colectivo”, en palabras de Sanz, precandidato presidencial de Cambiemos. Grecia: del NO, al ajuste… Los líderes europeos alcanzaron un acuerdo con el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, para que su acepte un paquete de reformas a cambio del financiamiento que necesita para salir del default y reabrir su sistema financiero. El Parlamento heleno tendrá que aprobar reformas y adaptar las leyes que haya que adaptar, en 48 horas. En resumen, Grecia sigue siendo un barco a la deriva. En los días previos a este acuerdo que resulta ser “más de lo mismo”, una carta abierta a Angela Merkel firmada por Heiner Flassbeck, Thomas Piketty, Jeffrey D. Sachs, Dani Rodrik, y Simon Wren-Lewis, agrupados en Avaaz (Avaaz, que significa “voz” en varios idiomas europeos, asiáticos y de Medio Oriente, nació en 2007 con una misión simple y democrática: movilizar a los ciudadanos del mundo para cerrar la brecha entre el mundo que tenemos y el mundo que la mayoría de la gente quiere), pedía terminar con los fallidos planes de austeridad aplicados a los griegos que desde el punto de vista humanitario ha tenido un impacto colosal: “el 40 por ciento de los niños viven ahora en la pobreza, aumentó la mortalidad infantil y el desempleo juvenil roza el 50 por ciento. No obstante, el documento aclara que la evasión fiscal, la mala Administración y la corrupción crearon el problema de la deuda. “En los 50’, Europa fue fundada en el perdón de las deudas pasadas, sobre todo de Alemania, lo que generó una masiva contribución a la economía de posguerra en términos de crecimiento y paz.” Parece que esta carta ha caído en saco roto. |