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De la Estrategia Electoral

Las fortalezas de UNEN y la mejor estrategia electoral para potenciarlas. El oficialismo y su huida hacia adelante. El lanzamiento presidencial de Ernesto Sanz.
En el año 2015 habrá segunda vuelta en las elecciones a presidente en la Argentina, tal como parece ser una tendencia regional, si atendemos los casos de Brasil y Uruguay. Esa posibilidad se vaticinaba en nuestro principal socio comercial del MERCOSUR antes de la primera vuelta, además la sorpresa fue que Aécio Neves se alzó con el segundo lugar y muy relegada quedara Marina Silva dada hasta ganadora por algunas encuestas sobre Dilma Rousseff.
El 2015 presenta demás un complejo entramado de combinaciones de reglas del juego electoral según la provincia que se trate, definidos por la existencia de PASO o no y la coincidencia de la elección local con la nacional. En este contexto regional de segunda vuelta – y emergencia de un gobierno que deberá gobernar sin mayorías legislativas – y de reglas diversas para las elecciones provinciales, UNEN debe maximizar sus oportunidades para decidir en cada distrito cuál es la combinación que asegura el triunfo y la consecución de los programas que esa fuerza política elabora en base a coincidencias ideológicas y valores comunes.
En este contexto la Unión Cívica Radical, dentro del colectivo UNEN, se ha trazado una estrategia electoral basada en la flexibilidad para establecer alianzas locales, entendiendo que, en las actuales circunstancias, los análisis de coaliciones no deberían hacerse desde la perspectiva centralista de un país unitario.
Esa visión sesgada por la “Cabeza de Goliat” tampoco repara en que en muchas provincias la democracia no es republicana y que varios gobernadores usufructúan en extendidísimos períodos de gobierno el poder político en beneficio propio y con el consiguiente alto grado de corrupción. Santa Cruz, Salta, La Rioja, Formosa, Santiago del Estero, San Luis y San Juan son algunos de los casos estudiados por la politología nacional como provincias donde reformas constitucionales y electorales mediante se han limitado las posibilidades de alternancia. En esos casos se necesitan estrategias electorales específicas que devuelvan competitividad al sistema de partidos.
Estas realidades provinciales no aparecen en los análisis mediáticos nacionales, como tampoco se recuerda que el 80 por ciento del tiempo democrático iniciado en 1983 fue gobernado por el peronismo – bajo sus diferentes ropajes – y que las provincias siempre fueron gobernadas por una mayoría de gobernadores peronistas.
Frente a un gobierno peronista conducido por Cristina Fernández de Kirchner, lanzado a una radicalización, producto de los problemas económicos y políticos que enfrenta, el espacio UNEN ha realizado en el nivel del estado nacional una defensa de las instituciones republicanas para evitar lo que los Kirchner hicieron en su provincia, que no es diferente a lo que otros caudillos feudales han hecho en Formosa, La Rioja o la gobernación peronista que se elija. Así, se detuvo el embate contra la independencia del Poder Judicial o la cooptación del Consejo de la Magistratura, verdaderos bastiones de la república sometidos al ataque de aquellos que prefieren el ejercicio del poder sin ataduras ni controles, fuente de corrupción e impunidad.
En este marco, y con el objetivo de terminar con una oposición que ha permanecido disgregada, la estrategia electoral del Frente Amplio UNEN a nivel nacional no fija ninguna alianza particular, fortalece su propio espacio, pese a las diferencias que esa estrategia concita, magnificadas intencionalmente por algunos medios con intereses creados. Y a nivel provincial, lo que se ha trazado es la utilización inteligente de reglas de juego para crear una alternativa a candidatos de UNEN, de extracción radical y poder ganar y establecer una bisagra con los regímenes feudales que gobiernan esas provincias.
Las alianzas encabezadas por un candidato de UNEN, con un programa y equipos de esa fuerza política – también hay otras fuerzas que no pertenecen a UNEN en algunas provincias dispuestas a apoyar a ese candidato, a ese programa y a ese equipo – aseguran una fuerte coherencia y gestión de gobierno provincial y apoyo para un presidente de ese signo, con esos valores y políticas.
Prejuicios
“Los peronistas son los únicos que pueden gobernar este país”, es el cliché y la contracara de “los radicales no saben gobernar, o huyen antes de tiempo”. Ambos prejuicios cristalizan la realidad política que determina las cifras de permanencia en el poder que revisamos más arriba y que, como tales, no son verdades inmutables, sino construcciones funcionales al partido que más ha gobernado en los últimos 30 años.
La UCR pasó por muchos avatares a partir de haber dejado el gobierno en el año 2001, luego de intentar de recuperarse a partir de su fortaleza territorial expresada en los intendentes y gobernadores. Néstor Kirchner actuó muy hábilmente con su política de transversalidad para disgregar ese potencial. De seis gobernadores, cinco se convirtieron en los llamados “radicales K” y de 600 intendentes, dos terceras partes sucumbieron al juego de pinzas compuesto de presión con recursos y cooptación política. Esto provocó una demora en la dinámica de recomposición de la base territorial del radicalismo que también tuvo que enfrentar realidades locales de patrimonialismo y conservadurismo alimentados desde el poder central.
En contra de esos prejuicios y a favor de definiciones claras de política partidaria y pública, el senador y presidente de la UCR, Ernesto Sanz, lanzó su precandidatura presidencial el pasado 3 de octubre en el estadio Luna Park con una fuerte asistencia federal en sus colmadas tribunas. Entre otras muchas cosas en su discurso quedó clara su definición: “Somos demócratas porque sólo reconocemos un gobierno legítimo, el que nace de la voluntad del pueblo. Somos liberales porque creemos que cada persona tiene que mandar en su propia vida y tener la posibilidad real de lograr lo que desea. Somos progresistas si eso significa progreso, desarrollo, igualdad de oportunidades y bienestar colectivo. Y somos solidarios, porque sentimos como propios los problemas de todos. Y justamente por ser demócratas, liberales, progresistas y solidarios, justamente por eso, somos radicales.”
La base del proyecto de poder que encarna Sanz es por definición, opuesto al que mayoritariamente ha gobernado las últimas décadas de la Argentina.

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Nuevo Número de Escenarios Alternativos

La sección Protagonistas se renueva con un texto de Carlos Altamirano sobre El Dialogo la película  imperdible de Pablo Racioppi sobre la conversación entre  Graciela Fernández Meijide y el recientemente fallecido Héctor Leis.

ESTANCAMIENTO EXPORTADOR, UNA MIRADA MÁS ALLÁ DE PERGAMINO, por Ricardo Carciofi y Adrián Ramos, aborda las dificultades de la economía argentina en su frente externo que se vienen agravando en los últimos meses: pérdida de competitividad, desaceleración de Brasil, caída en el precio de la soja (15% en el último semestre), y todo esto al ritmo del conflicto con los "buitres". La situación actual contrasta con el pasado. Efectivamente, un hecho destacado de los últimos 15 años de la evolución de la economía argentina es la existencia de excedentes en el comercio exterior.

Agustín Campero sopesa LA POTENCIA DEL FRENTE, coalición que desde que nació, ha sido blanco de dudas acerca de su consistencia política. La experiencia de pluralidad a cielo abierto desconcierta a los amigos de los hábitos menos desafiantes. Lo contrario a lo que necesita la política argentina, que es el ensayar novedades.

EL MEJOR PRESIDENTE DE LA HISTORIA, de Gabriel Palumbo arriesga que el próximo presidente puede ser el mejor presidente de la historia. También puede ser un anodino administrador de la decadencia. Otra posibilidad es que sea un cretino sin remedio.

Luis Alberto Romero en, LOS MALOS FINALES DE LOS GOBIERNOS PERONISTAS, analiza el momento actual del peronismo. ¿Puede sorprender que un gobierno peronista, que inicialmente conoció las delicias del éxito, esté llegando a esta situación límite? Todo lo que hoy vemos suena bastante familiar. Por ejemplo, la apelación a los discursos patrioteros y paranoicos o a leyes más propias de un gobierno totalitario, para tapar malamente las evidencias de una crisis económica y social galopante. Sobre todo, impresiona el desprecio, la soberbia con que se consideran las salidas alternativas y la marcha acelerada hacia un futuro sin salida.

En, LA CONADEP Y LA METÁFORA DE LOS DOS DEMONIOS, Rogelio Alaniz recuerda que la creación de la Conadep no les gustó a los militares y tampoco le gustó a la ultraizquierda. Si la iniciativa molestó a unos y a otros, el informe los fastidió más aún. El juez Rafael Sarmiento, un magistrado reconocido por sus simpatías con la dictadura, pidió prisión para Sábato; mientras Juan Gelman, Osvaldo Bayer y Hebe Bonafini descalificaban al autor de "Sobre héroes y tumbas" con los peores términos.

Este tiempo de aniversarios de hitos históricos, convocó a Lilia Puig de Stubrin a escribir su artículo: LA REFORMA CONSTITUCIONAL DE 1994. La conmemoración de los veinte años de la reforma constitucional de 1994 ayuda a detenerse a pensar sobre su alcance. Antes de cualquier balance se debe destacar que esta es la única constitución que fue aceptada y jurada por la totalidad de la representación política parlamentaria.

EL NOMBRE DELLAROSA, por Marcos Duarte, aborda la reciente elección a intendente en la ciudad cordobesa de Marcos Juárez, cuya historia política reciente está signada por el apellido Dellarossa: en todas las elecciones desde 1983 en que figuró ese apellido en una lista, ésta resultó triunfadora. La UCR puede reclamar una parte de los méritos de la victoria en un municipio esquivo.

En el plano internacional, LOS SILVA SON DIFERENTES, de Eliane Brum analiza la historia de dos apellidos fuertes de cara a las elecciones presidenciales en Brasil. Lula y Marina, los dos fenómenos políticos más fascinantes de la historia reciente, son hijos de Brasiles que se desconocen.

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Irreversible

El kirchnerismo en retirada, sustentado en su efectiva capacidad de daño desde el aparato estatal a su servicio, más que en la coalición de poder que armara Néstor Kirchner y destruida por su mujer, está haciendo hincapié en la irreversibilidad de su proyecto político y social. Dicho proyecto decano se está agotando y probando ser un andamiaje de poder y no un modelo posible para nuestra sociedad. Nadie podría estar en contra de sus postulados nacionales populares, ocurre que dejaron de cumplirse en el año 2008 con la primera crisis de una dinámica económica que permitía hasta ese entonces medidas facilistas de política económica.
Lo verdaderamente irreversible es que esa política facilista – que dice favorecer a las mayorías – llevada adelante por Axel Kicillof, pretenderá continuar hasta el fin del mandato de Cristina Fernández en un derrotero cuyo final es incierto. Muchos analistas aseguran que el rumbo actual no deparará nada bueno para la sociedad argentina. En ese contexto, parece irreversible la escasez de divisas, la caída de la actividad económica, la pérdida de empleo en el sector privado, el crecimiento de la tasa de inflación y la combinación de default más caída de los precios internacionales de los principales commodities agropecuarios.
El cambio de sede de pago de los bonistas de la deuda externa; la actualización de la ley de abastecimiento; la construcción de un rascacielos en la isla Demarchi; el maltrato a la industria automotriz y al socio mayoritario del Mercosur; se matizan con el lanzamiento de candidatos como globos de ensayo para ir ganado tiempo. En este último rubro se destaca la aparición con todo el aparato del hijo de la presidenta, tanto para empezar a medir su imagen para alguna postulación, como para seguir atizando los relatos conspirativos y victimizantes de una gestión que – como la de Carlos Menem – deberá dar cuentas ante la justicia al final del camino: otro destino irreversible.
Peligrosa inestabilidad
La escasez de dólares deja a la economía en una situación de creciente ajuste hacia la baja de la actividad. Pero aún no ha atravesado lo más álgido del camino, pavimentado con la combinación del default y la caída de precios de exportación, con lo que la agudización es inevitable, salvo que haya un milagro chino o climático que impacte sobre las variables mencionadas. En este escenario de balanza comercial casi nula, se agravará la restricción de divisas que tiene relación directa con el déficit fiscal que tenderá a acrecentarse. Con el BCRA como financista del sector público, su balance muestra el desequilibrio creciente entre las divisas – a la baja – y los pesos – en franca expansión. En resumen, el escenario de los próximos meses estaría caracterizado por más estanflación con el consiguiente incremento de la tensión social, asociada a la pérdida de empleos y a la combatividad sindical que seguramente se expresará en pedidos de reapertura de paritarias y un nuevo paro nacional.
Este cuadro de desequilibrio alimenta la idea de que, más temprano que tarde, las variables encontraran un nuevo balance, que dada la magnitud de los desequilibrios acumulados durante los últimos años, y las respuestas de política económica que el gobierno repite con insistencia, resulta imposible pensar que exista a esta altura del partido alguna alternativa que permita una solución no traumática desde la situación actual hacia una más estable. Es claro que el kirchnerismo está comprando tiempo con sus recetas caducas para llegar a fines de 2015 y trasladar al próximo gobierno – preferentemente al de Mauricio Macri que ya ha hecho declaraciones demagógicas al estilo de Carlos Menem – sin tener que afrontar el costo de sus errores. Compró un poco de tiempo con el acuerdo con China, pudiendo hacerse de 700 millones de dólares que apenas representan un mes de gasto con tarjetas de crédito de argentinos en el exterior; y propone escaramuzas razonables para estirar hasta fin de año la resolución del default. En tanto, en el frente doméstico, no puede evitar el aumento de gastos – la emisión es superior al ingreso por las retenciones – y subsidios, mientras sigue retaceando los pagos de las importaciones, con efecto directo sobre la actividad manufacturera. ¿Cuánto puede durar esta bicicleta? El déficit fiscal y de balanza de pagos de la economía argentina – lejos quedaron los años de superávit gemelos – es enorme y cada vez más difícil de manejar, por lo que, aun con la ayuda imprevisible que pudiese venir de los mercados externos, los riesgos de agotar la estrategia antes de fin de año son realmente altos.
El relato oficial en clave paranoica atribuye los resultados de su pésima política económica a conspiraciones y a la "cadena del desánimo" inducida por los medios de difusión enemigos – Patria o Clarín – y a efectos retardados de la crisis financiera global de 2008, agravados por la acción de los (Patria o) fondos buitres. No figura en su credo la inflación, ni hay traza de todos los males que ella conlleva: caída del salario, aumento de la pobreza, expectativas de devaluación, etc.
Parte de la cadena del desánimo es la Universidad Católica Argentina que, a través de su observatorio social determinó que la pobreza afecta al 27 por ciento de la población. En tanto que su contracara sería el Presupuesto 2014, un despilfarro de optimismo que preveía un crecimiento del PBI del 6,2 por ciento; una inflación del 10,5 por ciento – el Indec ya va por el 18 por ciento – y un dólar oficial de 6,33 pesos promedio. Veremos qué clase de optimismo muestra el Presupuesto 2015 que se presenta esta semana.
Tanta acumulación de problemas e incertidumbre – magnificados o no por algunos medios – estaría instalando en la sociedad un ánimo de frustración y de alternativas de cambio en la sociedad, luego de 10 años de kirchnerismo. Pese al empeño por culpar a las usinas del mal humor, tanto la gestión del gobierno como la imagen de Axel Kicillof y Jorge Capitanich estarían por el suelo. Sólo la pelea con los fondos buitre parece haber rescatado de esa caída a la presidente y, tal vez por eso, La Cámpora insiste, en forma trasnochada, en que se le dé una oportunidad en el 2015, como si estuviera proscripta, y en como claro desprecio que esa agrupación tiene por las instituciones y sus reglas de juego.
Es irreversible que la transición de aquí a fines de 2015 resultará, en el mejor de los casos, inestable y plagada de incertidumbre. Este triunfo pírrico del kirchnerismo será una bomba de tiempo para las próximas autoridades. En ese contexto, los reacomodamientos al interior del peronismo podrían manifestarse en nuevos desdoblamientos de las elecciones provinciales, se agregan Chaco y Salta a los que ya lo habían hecho como Neuquén; Córdoba y Tierra del Fuego. Además, un recambio de gabinete también sumaría para airear el Ejecutivo y ocupara a la prensa en los que se van y los que vienen.
El Chueco vela por el PJ
Juan Carlos Mazzón, Daniel Scioli, José Luis Gioja y José Manuel de la Sota, se reunieron a instancias del primero para analizar la situación que hemos descripto en párrafos anteriores, y que significa el alto grado de preocupación que existe en el peronismo por su futuro. Otros gobernadores no asistieron pero estuvieron atentos a los resultados de un cónclave capaz de encarar una nueva renovación partidaria.
En la reunión se analizó la posible estrategia de Cristina Kirchner de cara al 2015, que determinaría la opción por una derrota del peronismo para que la suceda Mauricio Macri, lo que explicaría que la presidente haya dejado en manos de Kicillof los resortes de la economía, a sabiendas de que su pésima conducción está llevando al país hacia el desfiladero.
Dos declaraciones reservadas y publicadas por un portal peronista de amplia consulta, aseguran esta estrategia: el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini, uno de los hombres más cercanos a la presidente, habría dicho a un dirigente: “El Plan A, B, C y Z es perder. No va a haber bendecidos, ningún candidato nos inspira confianza y en ese escenario Macri es el más confiable”. Esto, más las declaraciones de Máximo Kirchner no deben haber caído muy bien a los aplaudidores de la familia K Julián Domínguez y Sergio Uribarri, presentes en el acto de Argentinos Juniors. Por otro lado, el ministro de Planificación, Julio de Vido, habría afirmado en esa línea que: “Lo mejor que nos puede pasar es perder, ni Scioli, ni Randazzo nos representan. Es preferible que gane Macri y seguramente eso hará que volvamos en cuatro años o menos al poder”.
El razonamiento es sencillo: con Mauricio Macri gobernando, Cristina y un número importante de legisladores – en su mayoría de La Cámpora – cree que podrá liderar desde la oposición a una coalición, recordando la “década ganada”, frente al ajuste que tendrá que aplicar su sucesor. Esto ratifica que el kirchnerismo es un proyecto personal de poder: hace 25 años que están escalando esa pirámide y harán todo lo posible por mantenerse en la cúspide o cerca de ella.
La reunión de los gobernadores preocupados por su futuro y el del PJ es un primer paso. El decurso de la economía podría hacer que se avance en algo más traumático para el oficialismo, tal como el encolumnamiento público de los gobernadores detrás de Daniel Scioli que ya ha salido a decir que “Máximo no planteó la reelección”.
Los desatinos económicos están poniendo al país, pero sobre todo al peronismo, ante la necesidad de asegurarse la supervivencia. Y el PJ es especialista en esa materia.

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Lecturas Recomendadas

En el número de Agosto de Escenarios Alternativos hay buenos textos que ayudan a comprender este panorama tan fluído y dinámico.

Ernesto Sanz en ES IMPERICIA PROPIA, NO TERRORISMO AJENO sostiene que la calidad de los gobiernos queda expuesta ante las adversidades o las situaciones comprometedoras. Allí es donde deben responder con rapidez y eficacia. El mensaje de la presidenta Cristina Kirchner es justamente inverso y deja zozobra, incertidumbre y miedo en la economía.

Luis Secco afirma EL ANUNCIADO FRACASO DE UNA DEVALUACIÓN SIN PLAN, porque en un contexto de alta inflación, una devaluación sin plan está condenada a fracasar. Y siempre estuvo claro que la devaluación de enero pasado no podría escapar de esa vieja regla empírica. No había ninguna posibilidad que dicha devaluación pudiera mejorar los niveles de competitividad externa de la economía, si no iba acompañada de un ancla fiscal que diera forma a una política anti-inflacionaria duradera.

COALICIONES: LA SIMPLIFICACIÓN ES UN ERROR, de Lilia Puig de Stubrin, observa que de cara a la construcción de la gobernabilidad futura, antes que la discusión sobre las candidaturas, se necesitan estrategias electorales que devuelvan competitividad al sistema de partidos.

Roberto Eilbaum en LA POSICIÓN DEL GOBIERNO ARGENTINO FRENTE A LOS HOLDOUTS, argumenta que antetes de que se expidiera la Suprema Corte de los EEUU, y frente a la posibilidad de que rehusara considerar el recurso interpuesto contra la sentencia que interpretó el alcance de la cláusula pari passu, el gobierno argentino ya habría decidido que la alternativa del default era el camino más probable a recorrer.

Aldo Neri propone: LA AGENDA PROGRAMÁTICA PARA GANAR EN EL 2015. Al final de su gobierno, el kirchnerismo dejará un paisaje fracturado. Un proyecto alternativo debe construir puentes entre los dos hemisferios en que quedó partida nuestra sociedad e impulsar un proceso redistributivo que supere la postergación y el consumismo y recupere la cohesión.

PARA SALIR DE LA ENCERRONA, CONVIENE MIRAR A BRASIL, aconseja Guillermo Rozenwurcel. Una vez que bajen los fuegos de artificio del debate por el default, habrá que pensar realmente en políticas de desarrollo a mediano y largo plazo. Es útil ver qué modelos discuten en el país vecino.

IGNACIO, por Gabriel Palumbo polemiza acerca de la identidad del nieto recuperado de Estela Carlotto. Nadie está en condiciones de restituir la identidad de nadie salvo que esté dispuesto, previamente, a negarle la totalidad de su propia subjetividad anterior. La idea de restitución de la identidad es una idea estrictamente política y su uso también lo es. Llamar Guido a Ignacio es despreciar todo lo que Ignacio es y ha sabido construir.

TIEMPOS DE CRISPACIÓN Y ANTAGONISMO de Juan Gabriel Tokatlian hace un repaso del estado actual de la globalización.

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Hacia el 2015 por la Banquina

La discusión bizarra acerca de cómo tipificar la cesación de pagos de la Argentina, no oculta la aceleración de los problemas preexistentes. Caída del empleo y del consumo. Mayor gasto público para sostener el relato. Aumento de la conflictividad social; la aplicación de la Ley antiterrorista y los mayores controles estatales sobre la tasa de ganancia. Unen avanza entre operaciones y veleidades de sus referentes.
Cuando Axel Kiciloff asumió la formalidad de la conducción económica del gobierno de Cristina Fernández dijimos aquí que tenía en sus alforjas conceptuales tres principios rectores: 1) En el capitalismo – sistema en el que descree – debe ser regulada la tasa de ganancia. 2) La única regulación efectiva es a través del control de la propiedad 3) Los precios internos están “desenganchados” de los externos. Así, el consejero principal de la presidente en materia económica encaminó, encamina y encaminará mientras esté en su cargo, el rumbo del país. Esto explica el abstruso plan de “precios cuidados” y diversas iniciativas denominadas “contracíclicas” por el elenco estable de la Casa Rosada que sostiene que el consumo interno es el motor del crecimiento económico.
De entre esos planes que se superponen, solapan y anuncian varias veces, se encuentra el Procreauto que sirve – supuestamente – para evitar la caída de las ventas de las multinacionales automotrices que, por cada auto vendido, le agregan unos 10.000 dólares al déficit de divisas del país. Es decir que mientras se aplaca a esas empresas, a las cuales ya se les subsidia el costo laboral desde 2009 mediante el Programa de Recuperación Productiva (Repro), por el cual el Estado se hace cargo del pago de una parte del salario a los trabajadores del sector privado. También se les subsidia el tipo de cambio, con el esquema de desdoblamiento.
Con el país en default, el relato carga sobre el enemigo externo y los cipayos internos las culpas de una situación económica que es producto del facilismo, la ceguera ideológica y el oportunismo electoral. Desde el año 2009 se han profundizado los desequilibrios macroeconómicos, fiscal y externos, sin atenuantes. Según el oficialismo, la situación internacional afecta la marcha de la economía local, a lo que se debería sumar el ataque especulativo de los otrora inversores y hoy “buitres”.
Lo cierto es que la inflación sin tregua licua los salarios y ya ha corroído casi tosa la actualización del tipo de cambio que estableció la devaluación de enero. Aún cuando los asalariados registrados con las paritarias lograron incrementos salariales del 29 por ciento interanual en junio último, en igual periodo la inflación escaló a 38,6 por ciento interanual, lo que implica una caída del poder de compra de casi el 7 por ciento en los últimos doce meses.
Este menor poder de compra del salario conlleva un menor nivel de consumo – el motor del “modelo” – e impulsa las estrategias del empresariado a reducir la inversión, la producción y la planta de personal. En esa estrategia también pesa la dificultad para importar y la gran pérdida de competitividad para exportar con un esquema cambiario que se asoma a otra devaluación forzada por las circunstancias y sobre la cuál la UIA se ha manifestado en forma abierta y novedosa, elevando la voz en contra del ministro de economía quien respondió con una descalificación personal.
El asalariado – supuesto sujeto de la revolución nacional y popular – ve mermado su poder de compra – lo que estimula el ahorro, en dólares si es posible, en desmedro del consumo – y amenazado su puesto de trabajo o su condición de empleado formalizado.
Con la devaluación de enero el gobierno arrancó este derrotero a la baja, que todavía no toco fondo. Los datos de Julio y los primeros de Agosto advierten que la demanda agregada continúa a la baja. Estimaciones privadas advierten que la economía caería un 2 por ciento en 2014, y que puede caer a mayor ritmo si la incertidumbre macroeconómica perdura y además de frenar el consumo, también frena aún más los magros niveles de inversión que se registran este año.
Lejos quedaron los años de crecimiento a “tasas chinas”, logrando reducir el desempleo a un dígito. En 2012 y 2013 casi fue nulo el crecimiento de empleo privado registrado y en 2014 todo indica que estaríamos en un año de destrucción neta de puestos de trabajo. La tasa de desempleo para primer trimestre del 2014 es de 7,1 por ciento, lo mismo que hace dos años. Esto significa que los 60 mil puestos privados registrados entre 2012 y 2013, sumados a los 129 mil puestos creados por el sector público en igual periodo, solo acompañaron el incremento vegetativo de la población y por ello no impactaron en bajar la tasa de desocupación.
La pérdida de puestos de trabajo registrado en el sector privado que ya se evidencia este año, no sólo comenzará a elevar la tasa de desempleó sino también la tasa de informalidad laboral que de por sí es alta y ronda el 33 por ciento de los asalariados, equivalente a 4 millones de personas en todo el país. El total de trabajadores no registrados es el mismo desde el 2010, es decir, que se cumplen 4 años donde no pudo combatirse ese flagelo.
La tasa de pobreza también se estabiliza en torno al 30 por ciento, según estimaciones privadas, que advierten que el mayor gasto público no logra revertir la realidad de los 12 millones de personas que más necesitan de la ayuda del Estado.
La novela del default tiene varios capítulos, idas, venidas y secretos. Luego de que parecía que los banqueros de aquí y de allá habrían acordado comprar la deuda en litigio, Axel Kicillof apareció como el responsable de patear el tablero y precipitar las cosas hacia un desenlace que es tan imprevisible como malo para el país y para un futuro gobierno que heredará una situación muy difícil, frente a la cual el cristinismo pretendería presentarse como opositor a las “políticas de ajuste”.
Los fantasmas de la economía setentista
Mientras todo esto ocurre, con una tendencia a acelerar las consecuencias negativas, las culpas son ajenas y el relato se apresta a una cruzada en contra del “capitalismo buitre” con la aplicación de la Ley antiterrorista a empresas que decidan cerrar, o con el control de la tasa de ganancia mediante el proyecto de ley de abastecimiento y consumo. Nada hace suponer que la gestión “Kokicillof” tome caminos apartados del rumbo actual de tránsito por la banquina. Será por eso y por razones del “pago chico” que Jorge Milton Capitanich tendría establecido que octubre sería su fecha de vencimiento como Jefe de Gabinete.
Estanflación, altos costos por importación de combustible, escasez de divisas, conflictividad social ascendente y medidas de control por parte de un Estado débil, son algunos parecidos del momento actual con el período 1974-1976. La ley 20.680 sobre abastecimiento y consumo de esa época está siendo reflotada y actualizada por el Poder Ejecutivo.
La aplicación de la 20.680 está suspendida por el decreto ómnibus de desregulación del Estado de Menem-Cavallo (2284/91). La discusión de esta suspensión siempre fue eludida por parte del gobierno y desde el año 2007, momento en el que el inefable secretario de comercio Guillermo Moreno la blandió como una amenaza en las negociaciones por los “acuerdos voluntarios de precios”, nunca fue aplicada, hasta hoy. Fue simplemente un arma disuasiva.
Por ello, lo que esconde toda esta hojarasca no es un cambio a la ley, sino su plena vigencia, o simplemente una nueva amenaza. La ley podría entrar en vigor con un decreto que anulara el artículo 4 del mencionado 2284 de Menem-Cavallo.
Los días de UNEN
Desde el día de su lanzamiento, los distintos dirigentes del Frente tuvieron que responder preguntas relativas a posibles acuerdos con Mauricio Macri. Esa insistencia mediática tiene dos causas, producto de dos necesidades ajenas a la coalición. En primer lugar, el gobierno Nacional y el de la Ciudad disfrutan de una extendida influencia en medios y gente de prensa que les permite a ambos cumplir con sus respectivos objetivos: para el primero alimentar el imaginario que la presente como una fuerza de centro-izquierda, frente a contraparte “noventista” que la valide (el PRO). Por su parte a Mauricio Macri lo favorece ser presentado como la contracara de la Presidente. En segundo lugar, no escapa a realidades provinciales que las alianzas electorales con candidatos del PRO son viables, por razones estrictamente regionales, aunque “no vinculantes” con un acuerdo programático nacional.
Una mirada a los últimos resultados electorales y a las encuestas conocidas puede aproximarnos a analizar la oportunidad y conveniencia de un acercamiento entre el Frente y el PRO. Todas las encuestas realizadas, publicadas o no, indican que el Frente es la segunda fuerza al sumar, como corresponde, la intención de voto de todos sus precandidatos presidenciales.
¿Es ilusorio imaginar ese resultado? Los datos de las elecciones recientes nos ayudan a razonar. Es posible pensar que a la PASO del Frente concurrirán a votar entre el 25 y el 33 por ciento de los electores. La primera de esas cifras es la suma de los votos obtenidos por todas las listas de las fuerzas que integran el Frente, en todos los distritos, en la reciente elección de renovación legislativa. La otra es la suma de los votos logrados por los candidatos presidenciales Hermes Binner, Ricardo Alfonsín y Elisa Carrió en la última elección presidencial del año 2011.
Esas mismas encuestas muestran que el PRO, en todos los casos, se ubica en cuarto lugar. En efecto, en la ultima encuesta de Management & Fit – sobre 1600 casos en todo el país realizada entre el 23 y el 29 de julio en CABA, GBA, interior PBA, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Mendoza, San Juan, Chaco, Corrientes, Tucumán, La Rioja y Chubut, la respuesta por frentes políticos indica que el FpV obtiene el 24,9 por ciento; el Frente UNEN 20,4 por ciento; el PRO 14,5 por ciento; el Frente Renovador el 13,3 por ciento; Otro 1,5 por ciento y los indecisos suman el 25,4 por ciento.
La arquitectura política del Frente recoge las experiencias de las últimas coaliciones electorales no peronistas y pretende haber aprendido de los errores cometidos, entre los cuales se encuentra la inflexibilidad dogmática y la falta de reconocimiento a situaciones locales especiales. Queda pendiente dar cuenta de otra enseñanza relevante: la necesidad de ganar credibilidad a partir de la identificación y formulación de políticas públicas que superen el facilismo económico y dejen atrás el populismo político. Falta, también, consolidar la instalación social de la existencia de una opción dentro del FAU que articule una alternativa de giro político, cambio cultural y progreso social. Estos y no los aspectos o circunstancias mediáticas de sus precandidatos son los desafíos pendientes que deben guiar los pasos del Frente.
Esta realidad del Frente no escapa a la atomización del peronismo, a la profusión de candidatos posibles para el FpV – aunque luego del 2015 probablemente se evapore como el menemismo – y a las campañas de líderes como Daniel Scioli basadas en su vida personal y sin un ápice de propuestas. El propio Sergio Massa, luego de dar un par de golpes de efecto en el Congreso, se ha dedicado a recoger heridos del FpV y de otras fuerzas o fracciones más interesadas en su futuro que en el bien público y en un sistema político sólido. La ventaja del peronismo radica en el acceso a recursos y a posiciones que le permiten alcanzar mayor visibilidad, aunque sea para que sus candidatos aparezcan en programas de entretenimientos para que su simpatía sea recordada.