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La visión kirchnerista del mundo, entre el relato y la realidad. Las consecuencias sobre la política internacional. Las encrucijadas de Daniel Scioli, Sergio Massa y Mauricio Macri, ante la Casa Rosada y las elecciones. Las paritarias en plena ebullición. Octubre ya está en la mira de todas las decisiones.

El jueves 27 se cumple un año de aquel encuentro en la ciudad de Rosario, en el que la presidente arengaba a sus seguidores – mientras la intendente Mónica Fein hacía uso de la palabra – asegurándoles a sus militantes enardecidos: “Vamos por todo”. Cinco días después del accidente ferroviario más luctuoso de la Ciudad de Buenos Aires, la presidente se ocupaba de mostrar fortaleza y decisión, ignorando la tragedia, al igual que hizo su marido con el caso “Cromagnon”.

Esa visión sesgada, navega entre las aguas del oportunismo y la épica revolucionaria, tiñendo todos los actos de gobierno de la era del matrimonio Kirchner, pero exacerbada en la etapa cristinista, tal vez por su afición a la tribuna y al abuso de su oratoria de barricada. Por las razones que fuere, el gobierno hace gala de una concepción del capitalismo, entendido como una bestia a la que hay que domar/regular, disciplinando al mundo empresario por vías de la fijación de la tasa de ganancia y no, como ocurre en general, por medio de un sistema tributario que redistribuya la riqueza sin afectar las expectativas de inversión y negocios de los distintos actores del mercado.

Profundizando, ciertos versículos de este evangelio – cuya autoría podría atribuirse a Axel Kicillof – completa esta perspectiva la idea de que el control del ejercicio de los derechos de propiedad es la mejor herramienta para regular los díscolos comportamientos de los empresarios. Por caso, recién “adentro” de YPF, l’enfant terrible pudo tomar dimensión de lo que allí ocurría. Por último, prima el concepto por el cual los precios domésticos no deben reflejar los precios internacionales, es decir, deben permanecer “desenganchados” de la realidad mundial, sin olvidar que el tipo de cambio también es un precio.

A estas ideas se le suma la versión sui generis de sistema democrático, caracterizado por la ausencia de mediaciones, o de mediaciones formales; la preeminencia de la mayoría electoral para avalar todos los deseos del Poder Ejecutivo, en nombre del pueblo; la descalificación de los poderes Legislativo y Judicial rotulados de opositores cuando ejercen su facultad constitucional de balance de poder y, finalmente la persecución económica de medios que no comulgan con el evangelio K.

De estas dos vertientes, más o menos manifiestas en los discursos, pero aplicadas con eclecticismo y oportunidad, según el caso, se desprende el curso de la política en materia de relaciones internacionales. El “memorándum” – elevado a carácter de Tratado en su paso por el Senado – con el gobierno totalitario de Irán, a raíz del caso del atentado la AMIA, reflejan que en el campo internacional el kirchnerismo cree que la crisis económica global – de ese capitalismo decadente – y las fisuras y defecciones de algunos de los países líderes del mundo, abren la puerta para introducir cambios ensayando maniobras estrafalarias, so pretexto de hallar con este acercamiento un camino hacia la verdad de los hechos que, hay que recordar, tienen una responsabilidad primaria en el Estado argentino. El gobierno ya consagró en un juicio oral escandaloso, la impunidad para la llamada “conexión local”.

El canciller Héctor Timerman en su desopilante exposición en el senado, no

pudo responder a preguntas tan elementales como: ¿Por qué el cambio de postura? Mientras los últimos años Argentina exigía en los foros internacionales la extradición de funcionarios iraníes con pedido de captura, con el acuerdo se acepta una propuesta ofrecida por Irán en 2007 y que entonces fue desechada por nuestro país por improcedente y por desviar el curso de la justicia.

¿Por qué no hay indagatorias? El acuerdo reza taxativamente que habrá interrogatorio, pero nada dice de indagatoria. Es decir que no tendrá valor a los efectos de hacer justicia en nuestro país. Más aún, la propia Audiencia no tiene seguridades de llevarse a cabo si la Comisión de la Verdad entiende que no hay mérito para seguir la causa.

¿A qué se debe que siendo una causa judicial por un crimen perpetrado en Argentina, causa que Irán ha obstaculizado durante años negando la extradición de los funcionarios presuntamente implicados, en los interrogatorios participen funcionarios iraníes? ¿Será para custodiar el cumplimiento de la ley iraní?

¿Qué intervención tuvo la justicia argentina, puntualmente el juez Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Alberto Nisman en el proceso de elaboración del acuerdo? Según el canciller no han participado. ¿Con quién ha firmado un acuerdo Timerman? El régimen iraní es uno de los gobiernos más desacreditados de la tierra. Es reconocido por su poca confiabilidad en el mundo y su crueldad fronteras adentro: persigue con saña a homosexuales, restringe los derechos de la mujer, niega el holocausto y amenaza periódicamente con borrar del mapa a Israel.

Quienes señalan que Estados Unidos también está abriendo un proceso de negociación con la República Islámica de Irán olvidan una cuestión fundamental: en un caso el tema se rige por el derecho interno, el de AMIA es un crimen imprescriptible, de lesa humanidad; mientras que el otro está enmarcado por el derecho internacional.

Es evidente por qué Irán quiere acordar con Argentina: este año tiene elecciones, algunos de los sospechosos por el atentado son candidatos y querrán limpiarlos de culpa y cargo. A su vez, un país con mala reputación, precisa mostrar gestos de apertura, transparencia y sensatez.

De todos modos, el cristinismo avanza a caballo de este conjunto de ideas y acciones en un año electoral sin perder de vista la, por muchos acariciada, posibilidad de la reelección indefinida. Varias espadas del oficialismo siguen atizando ese carbón y el inefable Ernesto Laclau volvió a defender la posibilidad de reforma de la Constitución Nacional que permita la reelección indefinida de la mandataria, abonando el particular concepto de democracia al que nos hemos referido: “La Constitución argentina que se estableció en el 94 es una Constitución que en realidad está dominada por los modelos neoliberales que predominaban en ese momento. Hoy tenemos que avanzar en una dirección diferente. Creo que tiene que haber la posibilidad de una reelección indefinida”; es “antidemocrático que si la gente quiere seguir votando por un candidato eso sea imposible por una valla legal”. Esta es la concepción kirchnerista de la ley, de las normas: “vallas” en el camino de un líder iluminado y ungido por su pueblo.


El juego electoral

Daniel Scioli y Sergio Massa, dos estrellas que brillan en el firmamento bonaerense – aquel que concentra el cuarenta por ciento del electorado nacional – se muestran juntos y no hablan más que de gestión de sus territorios. No los une el amor sino la desconfianza mutua y la necesidad de mostrar que son dialoguistas y afables, el reverso de la moneda kirchnerista. Su actitud de “pago chico” incluye no decir una palabra del acuerdo con Irán. Mientras el intendente coquetea con la Casa Rosada y su edad le permite darse el lujo del tiempo, Scioli sabe que el 2015 es su momento. Además, el moto nauta tiene en sus manos la gestión de una provincia con importantes dificultades económicas. Ya hizo pública su incapacidad para dar un aumento a los docentes – ofreció un veinte por ciento que tampoco estaría en condiciones de honrar – abriendo las puertas al “no inicio” de las clases en su territorio, punta del iceberg de las paritarias estatales.

El armado político de Scioli está calculando el momento de dar el salto, pero por ahora las cadenas del financiamiento los mantienen quietos. Ya adelantó que para las elecciones de este año necesita las listas de legisladores provinciales para garantizarse la gobernabilidad, en tanto que la de diputados nacionales será confeccionada desde Olivos.

Mientras que a Scioli y Massa la reelección posible de la presidente les resulta un escollo, a Mauricio Macri le resultaría indispensable. Para las elecciones de medio término sueña con ganarle a Alicia Kirchner – si fuera finalmente la candidata del FPV – y en el 2015 enfrentar a una Cristina habilitada, pero debilitada. Si no fuera ella, su candidatura se diluiría en el mar del peronismo.

A todo esto, el oficialismo mantiene la iniciativa y los resortes de la arquitectura electoral: podría ponerle a Sergio Massa el disfraz de delfín K, darle a Scioli el aire necesario para llegar a fin de año con la provincia más o menos en paz y obtener el porcentaje de votos mágico, ese 40 por ciento que mantenga con vida la llama de la reforma constitucional. Es probable que esa estrategia hubiera sido la de Néstor Kirchner, pero el entorno pretoriano creado por su viuda exige pureza ideológica, por lo que la alternativa de llenar las listas con cristinistas a costa del 40 por ciento, es una posibilidad cierta.


El cepo fiscal

De cepos y mazmorras la monarquía ha hecho gala siempre. Esa misma retórica que la presidente aplica a la Reserva Federal podría corresponderle a la perfección: “ellos tienen la máquina de los dólares”, chicanea para justificar el control de cambios. “Si el gobierno nos presta la maquinita…” declaró el senador Alberto de Fazio, creador de la Juan Domingo, y proponiéndolo como solución a los problemas de financiamiento de su gobernador. Es que la presión hacia las provincias es doble: dependen de la ayuda de la nación que a la vez les impide endeudarse en el exterior.

A diferencia del Estado nacional, el grueso de los presupuestos provinciales se va en sueldos y cualquier ajuste en las paritarias compromete gran parte de sus ingresos, como sucede ahora en la tensa negociación con los docentes.

Tal como está planteada la coparticipación, el distrito más independiente es la Ciudad de Buenos Aires que vive en un 88 por ciento de sus recursos propios – eso le permite hacer una oferta a los docentes que supera a la pauta nacional. En el otro extremo de los distritos grandes están Córdoba, y Santa Fe que dependen casi en un 60 por ciento de la coparticipación, en tanto que provincias como Formosa subsisten gracias a que el 92 por ciento de sus ingresos se deben a la coparticipación.

En un panorama en que la relación deuda pública/PIB se redujo tanto en las provincias como en la nación, al punto de ser la Argentina el segundo país con menos deuda de América latina. En una coyuntura en que los créditos externos resultan “baratos”, no se entiende, más que por el componente ideológico de la visión del gobierno, que se les vede a las provincias la posibilidad de recurrir al crédito internacional para financiar obras de infraestructura.

Publicado en Escenarios Alternativos

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¿Otra Vez la Maldición China?

En el actual turno del justicialismo se evidencia un facilismo económico cuya consecuencia es el debilitamiento del capital social de los argentinos. Esto tiene un notorio impacto negativo en tres áreas clave: los recursos energéticos, la infraestructura de transporte y la educación.

 

Este año, al completarse tres décadas ininterrumpidas de vida democrática, el peronismo habrá cumplido veintidós años de ejercicio en el gobierno nacional -diez años continuados desde el 2002- y veinticinco años seguidos a cargo de la Provincia de Buenos Aires.

En este contexto, un dato político sustantivo es que el peronismo, por primera vez en su historia, deberá afrontar las derivaciones directas de sus propias políticas. En efecto, en 1955 y en 1976 por los golpes de Estado y en 1999, por el resultado electoral, el justicialismo no tuvo que hacerse cargo de las consecuencias de su gestión de gobierno.

En el actual turno peronista, el fracaso de las políticas oficiales se evidencia en la desacumulación del capital social de los argentinos en tres áreas clave: los recursos energéticos, la infraestructura de transporte y la educación.

Con posterioridad al colapso del régimen de convertibilidad, la combinación de demanda creciente (exacerbada la mejora relativa de la actividad económica por precios subsidiados de los productos energéticos y las mermas en la producción doméstica de gas y petróleo, en el período 1998-2011 la producción de petróleo decayó un 32% y la de gas, por su parte, se redujo el 11% desde el 2004) condujo a requerir crecientes volúmenes de importación de combustibles. En el último año, ese costo trepó a alrededor de 10 mil millones de dólares, llevando la balanza comercial energética a registros negativos.

Así, en materia energética, la ausencia de políticas consistentes de ampliación de oferta y la intensidad y extensión de subsidios irracionales al consumo dieron lugar a una insólita promoción de importaciones por una cifra equivalente al total de exportaciones del sector automotor.

En relación al transporte, y específicamente en el rubro ferroviario, la degradación de la infraestructura del sistema -expuesta dramáticamente en la tragedia de Once- se evidencia en que los subsidios otorgados en el 2011 a los concesionarios privados superan en veinte veces la inversión anual que, a su vez, es apenas una décima parte del monto necesario para atender los requerimientos de la amortización de los activos de la red.

En el transporte automotor de pasajeros, por su parte, a pesar de que el subsidio por pasajero en el Área Metropolitana de Buenos Aires se multiplicó por treinta en los últimos 8 años, se redujo la oferta (cantidad total de asientos), empeoró la calidad (antigüedad promedio del parque automotor) y aumentó la incomodidad (pasajeros promedio por vehículo). La mala praxis en estas dos áreas claves impactó en las cuentas públicas que, si se detraen los recursos extraordinarios de las rentas de la ANSeS y las utilidades del Banco Central, muestran una posición fiscal deficitaria, lejos de los tres puntos del PIB de superávit fiscal primario que hubo hasta 2008.

En relación a la educación, y a pesar del aumento de casi el 50% en el presupuesto del sector, los resultados no pueden ser más desalentadores: caída en los indicadores que estiman la calidad de la educación recibida por los alumnos; reducción de la matrícula –tanto en el nivel primario como el secundario- de las escuelas de gestión pública y aumento de la desigualdad entre provincias. Por caso, de acuerdo a datos oficiales en Santa Cruz sólo 9 (sí, sólo nueve) alumnos pueden acceder a escuelas con Jornada Escolar Extendida.

De este modo, no obstante el crecimiento económico, la multiplicación del gasto público y el incremento del presupuesto educativo, las deficitarias políticas oficiales no han evitado el aumento del contingente de jóvenes de entre 15 y 24 años que no estudian ni trabajan. Hoy son, de acuerdo a cifras oficiales, cerca de un millón cuatrocientos mil, casi un tercio más que en el año 2001.

En los tres casos queda claramente expuesta una mala asignación de los recursos públicos que ha erosionado la solvencia de las cuentas públicas.

Esta descapitalización social de la Argentina, producto del facilismo económico que distingue a las políticas públicas del justicialismo, se genera en el momento histórico en el que el mundo ofrece una oportunidad internacional inédita en el último siglo.

Esta exigente realidad es un llamado a la responsabilidad de todos los actores políticos y sociales que harían bien en reflexionar sobre los señalamientos de un reciente trabajo de la OEA y el PNUD, titulado “La democracia de ciudadanía”, cuando afirma que “sobrepasar lo sostenible y sucumbir ante el facilismo económico es igualmente riesgoso para la estabilidad de la democracia.

Lo políticamente popular puede ser social y económicamente insostenible, generar expectativas irrealizables y materializarse en mayores retrocesos y frustraciones para la ciudadanía”.

Es necesario, antes que sea tarde, que el Gobierno reconozca los riesgos de insistir en políticas públicas equivocadas y, de este modo, evitar que la sociedad argentina sufra las consecuencias, otra vez, de la milenaria maldición que los chinos deseaban para sus enemigos: ojalá vivas tiempos interesantes.

Publicado en Clarín el 23 de Enero

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El ”Caldo” Kirchnerista

El año cierra con varios frentes abiertos por el gobierno, empecinado en profundizar sus errores e ignorar los peligros. Los saqueos y la sombra de la crisis institucional. Los realineamientos del PJ ante la debilidad de Cristina Fernández de Kirchner.

Al igual que la cocción de las ranas, a las que se las sumerge vivas en un caldero con agua que se lleva en forma progresiva hasta el hervor, la sociedad argentina está siendo sometida a un lento calentamiento que no permite – como a la rana – reaccionar en forma inmediata. Del mismo modo que en los setenta la ola de violencia política fue creciendo hasta naturalizar la muerte diaria en las calles, este gobierno peronista – curiosamente reivindicatorio de aquél – esta naturalizando el abuso de poder, la inanición de la República, el desprecio por la Justicia y el bastardeo de la democracia, junto con la aquiescencia de la violencia social y las falsedades económicas. Este “caldo” kirchnerista nos ha venido cociendo desde el año 2003, con el leño de arcas públicas generosas y una situación inicial que actuó de “colchón” a la política desplegada por el matrimonio santacruceño.

Está más o menos admitido que son tres las condiciones necesarias para la ocurrencia de una crisis: desequilibrios económicos; debilidad del gobierno y un detonante. La primera condición se cumple en las actuales circunstancias en que los superávit gemelos han desaparecido y el gasto sigue creciendo – en un año electoral esa tendencia tenderá a acentuarse – con un panorama provincial y municipal que mostró durante este año graves problemas fiscales. Esto, en el marco de un proceso inflacionario que no ha sido atacado, ni la pérdida de competitividad abordada, no augura más que la profundización de los desequilibrios a los que se sumará la puja distributiva, complicada por la existencia de cuatro centrales sindicales y por una creciente conflictividad que lleva a sus dirigentes a pedir acuerdos salariales por semestre, acorde a una dinámica inflacionaria. Para comenzar el año, el transporte de ómnibus aumentó un 46 por ciento, los peajes un 60 y los combustibles un 7 por ciento.

La debilidad del gobierno es, también, ostensible, a pesar de que intenta sostener la iniciativa política, pero con acciones cada vez más costosas y erráticas. La expropiación de YPF marcó la huida hacia adelante del desastroso plan energético del gobierno. Su empecinada lucha contra el Grupo Clarín, lo ha llevado a enfrentarse con el Poder Judicial y con la misma Corte Suprema, la que no tuvo más remedio que decidir contra la voluntad presidencial en cuanto al per saltum que el oficialismo apuró en el Poder Legislativo para cerrar todos los caminos que impidan la plena aplicación de la Ley de Medios. La presidente arremetió nuevamente ante el revés, endilgando a los jueces la inseguridad y los males que emanan de una corporación conservadora que está asociada a la que detenta los “fierros mediáticos” golpistas. Tampoco ahorró metralla contra la Justicia de su socio político José Alperovich, montándose sobre el repudio que generó el fallo de la justicia tucumana sobre el caso Marita Verón y agitando el fantasma de la Justicia Popular.

Su relación con las fuerzas de seguridad es ambigua e inestable. Luego de decir que no enviaría la Gendarmería Nacional a contener desbordes sociales, cambió de opinión y dispone de ella en cuanto problema surge, encabezados por Sergio “Conintes” Berni. La Ministra Nilda Garré, por su parte, fue abucheada por familiares de los egresados de la última promoción de la escuela de cadetes de la Policía.

Tanto la Gendarmería como la Prefectura se insubordinaron a la Ministra en un hecho inédito en democracia, movilizados por razones gremiales. Y la expropiación del predio de La Rural se dio en medio de la ola de saqueos que sacudió al país en vísperas de Navidad, más como cortina de humo que como acción premeditada. Todas estas acciones a las que habría que cerrar con el fugaz paso anual de la presidente por la Sala de periodistas de la Casa Rosada – apenas 2 minutos y sin brindis como en otros años – marcan el deterioro de una forma de hacer política, pese a la cual, el kirchnerismo sigue alimentando la hoguera del caldero.

Según el estudio de una consultora que el Gobierno contrata con frecuencia la evaluación negativa del desempeño presidencial pasó del 15 por ciento, registrado a mediados del 2011, al 35 por ciento, en diciembre del 2012. En tanto que el desacuerdo con la gestión creció del 50,8 por ciento al 65,7 por ciento en los últimos seis meses, en tanto que el acuerdo cayó del 49,2 por ciento al 34,3 por ciento. El mismo estudio revela que, a un año de la gestión de su segundo mandato, cuenta con el 45,1 por ciento de desaprobación y un 25,4 por ciento de aprobación. Un 64,7 por ciento de los consultados afirman que la presidente ha perdido el apoyo que recibió en diciembre del 2011. Es decir, que la figura presidencial está sintiendo los rigores del desgaste político a pasos acelerados.

Siguiendo con el planteo de la factibilidad de la crisis, los saqueos, podrían haber sido esa chispa que enciende el fuego, el detonante, como en el año 2001. Por fortuna eso no ocurrió, porque el “pasto no estaba lo suficientemente seco”, reseco como en ese entonces.

Pero los saqueos dejaron en evidencia varias fallas del “modelo”. En dos días, en cuarenta ciudades y en casi 300 oportunidades según los datos que informó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), afín al kirchnerismo, se vieron grupos de personas asolando negocios para robar lo que fuere. Por más que esos actos estuvieran organizados según causas locales diversas – las razones de Bariloche no son iguales a las de Rosario, ambas gobernadas por partidos diferentes – todos encontraron un sustrato social dispuesto a participar y sacar el mayor provecho del pillaje. Un conjunto de conciudadanos que sufren la pobreza, la regresión del ingreso, la tendencia a la baja de los salarios de los sectores populares y que habitan las periferias de las ciudades en condiciones de marginalidad social y con riesgo criminal.

Las fallas están asociadas a la falta de educación de calidad y al estancamiento del empleo privado, que a su vez generan el fenómeno de los jóvenes Nini (ni estudian, ni trabajan) que suman 900.000, según la Cepal, y son mano de obra disponible para saqueos y otras actividades delictivas, entre las que el tráfico de drogas ha crecido de forma exponencial. Por lo tanto, esto se entronca con la seguridad ciudadana y los hechos de robos seguidos de muerte, una de las principales preocupaciones en la escala de prioridades de todas las consultas y encuestas. Sin embargo, el gobierno no ha desplegado políticas serias en esos tópicos.

Ante los saqueos, la presidente mantuvo nueve días de silencio – como en casi toda conmoción social que ha sacudido su mandato y el de su marido – para luego arremeter con su consabido: “Les pido a los que no estén de acuerdo que formen un partido”. Así aconsejó a sindicalistas y a intendentes luego de responsabilizarlos por los saqueos, que habrían tenido el objetivo de desestabilizar a su gobierno. Antes, Berni y del Jefe de Gabinete Juan M. Abal Medina le habían puesto nombre y apellido a los desestabilizadores: Hugo Moyano y Pablo Michelli.

Es de esperar que el 9 de enero, un día antes de que Hugo Chávez debiera asumir la presidencia de Venezuela, la Fragata Libertad haga su entrada triunfal en el Puerto de Mar del Plata. ¿Se animará la presidente a ser el centro de un recibimiento popular?

Con el 2015 en la mira

Ante el olfateo de la debilidad presidencial, el PJ está procesando sus alternativas: Daniel Scioli surge como la figura estelar, esgrimiendo un discurso respetuosamente propio y protagonista del último reportaje del año del oficialista Página 12. Prolijo doctor de todos los heridos del peronismo por el rayo cristinista; cultor de la afabilidad, la escucha y el diálogo, el ex motonauta – augurado presidente por su mentor, Carlos Menem – sigue su camino hacia la meta Rosada.

En el amplio brindis de fin de año con la prensa, con la que el gobernador tiene trato diario, Scioli evitó tomar posición respecto de la estatización del predio de La Rural y volvió a alinearse al marcar a la Presidente Cristina Kirchner como la máxima conductora. Pero las diferencias, brotan por todas partes, tanto en los gestos como en las declaraciones. En esta oportunidad dijo: “Por el respeto que me merece la prensa y el trabajo que ustedes hacen, quería de esta manera recibirlos y decirles que para nosotros también son una guía de trabajo cuando se hacen eco de nuevas demandas ciudadanas o plantean quejas o problemas”.

El Vicegobernador Gabriel Mariotto – algo calmado luego de chocar varias veces con Scioli – despidió el año el año en la Cámara Senadores de la Legislatura provincial, faltando al ágape del gobernador.

Sergio Massa y el perseverante José Manuel de la Sota también están anotados en la carrera por la sucesión, el cordobés reemplaza sus pocas chances con un discurso más confrontativo, en tanto el intendente de Tigre suma adherentes dispuestos a colgarse de su excelente imagen pública.

Los tres candidatos tienen en claro que el “modelo” está agotado, que ahuyenta las inversiones, confronta demasiado, insiste con el aislamiento internacional, etc., o que necesita un cambio que el cristinismo no está dispuesto o en condiciones de dar. Junto con ese agotamiento, la imagen de la presidente se va difuminando y sólo alcanza algún destello de claridad cuando la furia la enciende.

Algunos especulan con la posibilidad de que una sucesión de reveses ponga a la presidente ante la opción que dicen estuvo a punto de tomar cuando la derrota de “la 125”. En aquel entonces Néstor estaba para contenerla, hoy la soledad es cada vez más grande.

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¿El Día de Cual Democracia?

 
 

Dos celebraciones para conmemorar el retorno a la democracia. A 29 años, dos modelos en pugna. La economía cruje y sufre la amenaza de una intervención mayor. El kirchnerismo logra que sus “enemigos” estén “Unidos y Organizados”, tanto en el plano interno como en el exterior.
El cristinismo lo había soñado como el éxito político del año: el 7D sería el golpe contra el Grupo Clarín y el 9D una fiesta para celebrar y recuperar la calle a manos del “odio” de las clases medias mezquinas. Sin embargo, todo salió mal. No hubo 7D y la celebración del 9 sonó a hueca, fastuosa, casi menemista, con más presiones de una presidente despechada que en algunos pasajes de su largo discurso, perdió ilación y contundencia. Incluso utilizó argumentos de la derecha más recalcitrante para atacar al Poder Judicial, haciendo alusión a que los jueces dejan en libertad a asesinos y violadores, frase duramente criticada por el CELS integrado, entre otros por Horacio Verbitsky.
No era para menos el enojo, dos “pequeños” camaristas habían extendido la medida cautelar que le da al “enemigo” más tiempo para esquivar la aplicación de la ley. Nadie desaira a la presidente de esa manera sin recibir el rayo fulminante de su ira, esta vez convertida en sendos pedidos de juicio político y en una andanada sin precedentes contra la Corte Suprema de Justicia, acusada retrospectiva y elípticamente de avalar los golpes de Estado desde 1930, estableciendo una polémica y generando – como el 7D – cortinas de humo para no hablar de los asuntos públicos que verdaderamente afectan a todos.
Hubo, además del festejo oficial, que excluyó a todos los partidos políticos y presentó la habitual escenografía de Madres y Abuelas, artistas y dirigentes sociales – junto con unos cuantos millones gastados en parafernalia mediática – otro más austero, menos estridente en el Comité Nacional de la UCR. Allí se reunieron los máximos dirigentes de ese partido, el socialismo, el PRO, parte del peronismo disidente y otros, para reconocer en la diferencia de esa composición, el objetivo común de bregar por un modelo democrático que respete la división de poderes, la vigencia plena de los derechos humanos, el federalismo y la transparencia de gobierno.
“Parece mentira que pidamos por el diálogo cuando es propio de la condición humana, lo que habilita a encontrarnos en las diferencias. Queremos una democracia completa, que hoy no es tal”, dijo el presidente de la UCR Mario Barletta. Y Hermes Binner señaló que “la democracia no es sólo votar cada dos años. A esta democracia hay que seguir cultivándola; por contar con una mayoría circunstancial no pueden hacer lo que quieren, confundiendo todo, gobierno, Estado y partido”.
Esto dos actos revelan dos modelos distintos de democracia. El primero responde a los preceptos populistas abonados por Ernesto Laclau y digeridos a medias por los intelectuales de Carta Abierta – algunos de los cuales ya deben estar sintiendo cierta incomodidad en esa agrupación – y que propicia una institucionalidad generada a partir de un liderazgo fuerte, del tipo despotismo ilustrado, que es “bueno” porque defiende a los más débiles. En ese esquema cualquier balance de poder es visto como un palo en la rueda del hacedor – o hacedora – que encarna una transformación radical de la sociedad que gobierna.
A esta concepción fundamentalista se le contrapone la idea republicana de democracia entendida como diálogo entre distintos para conciliar intereses, dentro de una acción política que tiene un marco institucional por el cuál vela la Justicia. La personalización deja paso a las políticas y a prácticas consensuadas por todos.
Son grandes diferencias las que separan a uno de otro, tanto que llevan a reducir las propias diferencias del arco opositor y a sacudir el descontento popular en marchas que han sido masivas.
En este tercer turno de la democracia de un solo poder, el cristinismo está pagando todas las facturas de Néstor Kirchner: la alianza con Hugo Moyano; la conformación de la actual Corte Suprema; la guerra con el Grupo Clarín; la pelea con los fondos buitre; la maraña de subsidios y otros que la están sumiendo en una encerrona cada vez más difícil de zafar. Para peor, aplica la misma lógica amigo/enemigo que está abroquelando a sus rivales en núcleos sólidos de oposición y sufriendo una sangría de apoyos políticos. En esta crisis, su entorno carece de capacidad de gestión y presenta intrigas palaciegas propias de las autocracias.
Más aún, luego del 7D, de los desaguisados de política exterior y las inconsistentes medidas económicas, es claro que hay funcionarios que en un gobierno normal habrían renunciado. ¿Cómo es posible que esta y otras acciones dependan de la voluntad de una sola persona?
El Estado de Derecho en jaque
La Comisión Nacional de la Independencia Judicial, emitió – un día antes del 7D – un documento crítico hacia el embate que recibe ese poder por parte del Ejecutivo y que se suma a una serie de hechos que agreden institucionalmente a un Poder del Estado, tales como la falta de cobertura de cargos de magistrados, generando que los jueces subrogantes designados no tengan garantías de estabilidad suficiente; recusaciones y denuncias penales utilizadas de modo excesivo o con el solo fin de separar a un juez de una causa; campañas difamatorias contra jueces agraviándolos de manera personal; pedidos de intervención a los poderes judiciales provinciales; e intentos de modificación de algunas legislaciones locales en perjuicio de la estabilidad e independencia de los magistrados.
En este marco es conveniente recordar que existen fallos ordenados por la Corte, por ejemplo el que ordenaba restituir un juez en Santa Cruz, que fue desobedecido, sin que ello haya sido presentado como un “conflicto de poderes”.
El documento exhorta al Poder Ejecutivo Nacional a “cumplir estrictamente con el artículo 109 de la Constitución Nacional y a ejercer sus facultades como poder del estado dentro del marco de las reglas procesales, evitando el uso de mecanismos directos o indirectos de presión sobre los jueces que afecten su independencia.” La exhortación se amplía a remediar los problemas enumerados en los considerandos, y llamativamente se extiende a “titulares de medios de comunicación públicos y privados a ejercer el derecho de crítica sobre la base de opiniones y argumentaciones, evitando el agravio personal o familiar, siendo mesurados y prudentes al imputar faltas éticas o criminales que luego quedan en la nada, pero que lesionan gravemente a las personas y sus familias. Además apela a la ley de medios, “teniendo en cuenta la protección constitucional de la libertad de expresión, la pluralidad de voces que promueve la ley 26.522 y el carácter público de los medios oficiales, al Poder Ejecutivo Nacional, a la Jefatura de Gabinete y al Titular de la AFSCA, que se habiliten espacios en los horarios y noticieros centrales de la televisión pública para que el Poder Judicial pueda expresar opiniones a través de su agencia de noticias, así como la difusión de videos institucionales en programas de difusión pública.
A los pocos días, y luego de que naufragara el épico 7D e incluso que la Corte rechazara el per saltum que solicitara el Ejecutivo, un conjunto de magistrados de los que se destaca la procuradora Gils Carbó, emitieron una solicitada que señala que "los magistrados también deben ser independientes de los intereses económicos de las grandes empresas, de los medios de comunicación concentrados, de los jueces de las instancias superiores e, incluso, deben ser independientes de las organizaciones que nos representan". A esta verdad de Perogrullo – que reafirma la idea antigua y tradicional del juez como autónomo y personalísimo en su juzgado – los firmantes suman que, "los jueces cumplen una función esencial en el sistema democrático y, por tanto, su conducta pública -como la del resto de los funcionarios públicos- debe estar sujeta al escrutinio estricto de la ciudadanía… La recusación de magistrados es el mecanismo procesal establecido en la legislación vigente para asegurar un eficaz servicio de justicia y garantizar la imparcialidad de las decisiones judiciales. Es una herramienta que, además de constituir un derecho de los justiciables, contribuye al fortalecimiento de la transparencia del desempeño profesional de la magistratura". Cierto es que no son los ciudadanos comunes los que realizan las recusaciones que denuncia la Comisión Nacional de la Independencia Judicial como método sistemático de presión.
Nuevamente, la democracia de un solo poder coloca por sobre las instituciones las nociones vagas de control ciudadano y exige a los jueces cierta “sintonía” con la política del gobierno, tal como lo expresaran Juan D. Perón en 1946 y Carlos Menem en 1990 antes de reformar la Corte Suprema.
Tercerizar el ajuste fiscal
El anuncio reciente de la extinción del régimen de promoción industrial, vigente desde la última dictadura en varias provincias del país, está generando revuelo en algunas de ellas que se verán obligadas a replantear sus números. El motivo del gobierno para dar de baja este régimen es reducir el gasto fiscal en aquellos puntos “no esenciales” para la Nación. El monto total que se ahorrará el gobierno con esta medida está estimado en unos 8.000 millones de pesos.
Este ajuste fiscal no será igual en las cuatro provincias a las que se les quitará la promoción sin distinción, sin atender a las particularidades de cada una y al marco general en donde la política energética o el atraso cambiario afecta la rentabilidad de las economías regionales y, por ende, perjudicará aún más la competitividad de las regiones.
Los gremios están alertados por el riesgo que corren los 100 mil puestos de trabajo generados por las 500 empresas sobre las que recaería el ajuste y que distribuyen una masa salarial de unos 4.000 millones de pesos. Esta medida que va en contra del pregonado industrialismo del gobierno, constituye una verdadera tercerización del ajuste hacia las provincias, que no está carente de favoritismos. El más evidente de ellos es el sostenimiento de las exenciones impositivas en Tierra del Fuego, una provincia que a pesar de esas ventajas no ha logrado hacer despegar su industria. Según un informe del Cippec, "el costo del modelo de producción manufacturera en Tierra del Fuego para el erario público no es fácil de estimar debido a la presencia de subsidios cruzados y a que el Ministerio de Economía de la Nación reporta estimaciones del costo fiscal directo en términos de impuestos no percibidos".
"En 2012 se destinarán al régimen fueguino cerca de 5.600 millones de pesos del presupuesto nacional, o casi el 50 por ciento de los esfuerzos de promoción económica para todo el país. La provincia solo explica un 1 por ciento del empleo registrado total y menos del 0,6 por ciento del trabajo industrial formal en la Argentina", detallan en ese centro de estudios.
"Además, la producción de Tierra del Fuego requiere muy bajo contenido nacional y se destina casi totalmente al mercado doméstico. Como consecuencia, este modelo produjo un aumento de las importaciones y del déficit comercial de la isla. Las importaciones y el rojo de la balanza comercial casi se duplicaron en los dos últimos años: el déficit pasó de poco más de 2.000 millones de dólares en 2010 a alrededor de 4.500 millones en 2012. Así, Tierra del Fuego explica este año alrededor del 7 por ciento de las importaciones totales de la Argentina", reza el informe.
A la anunciada caída de la promoción industrial se le suma otro aspecto que perjudica el panorama de inversiones en la Argentina. La ley recientemente aprobada por Diputados que regula el mercado de capitales, que contaba con la venia de casi todos los bloques, fue modificada en forma subrepticia por el diputado oficialista Roberto Feletti, quien introdujo la posibilidad (artículo 20, inc. 1 del proyecto) de facultar a la Comisión Nacional de Valores a separar a los órganos de administración de una sociedad por 180 días si los accionistas minoritarios estiman que se están afectando sus derechos, “hasta regularizar las deficiencias encontradas”. Con esto, el oficialismo vulnera nuevamente el derecho de propiedad de los accionistas mayoritarios y le concede a un órgano administrativo atribuciones exorbitantes, que le permitirán entrometerse en la vida de las empresas del modo más arbitrario. El Senado convalidó este acto de mala fe.
En momentos de estrechez económica estas medidas – aún en las gateras – no aportarán nada bueno en el plano de las inversiones que se necesitan. Es probable que la baja de la promoción industrial quede olvidada como la “sintonía fina” de principios de 2012. También es posible que el “vamos por todo” avance al grito de Banzai, tal como hacían los kamikazes en la Segunda Guerra Mundial.

Publicado en Escenarios Alternativos

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Italia: 50 Años de Historia en 8 Minutos

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Por eso, cuando un amigo me hizo conocer este trabajo – breve  en tiempo pero de sustancia inmensa-   que resume la historia de Italia entre 1943 y 1997, me pareció que era imperioso compartirlo.