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Agotamiento

A 500 días de su partida, el kirchnerismo hace agua: debilidades políticas, económicas y estructurales. Los acuerdos con China en el contexto sudamericano. A 20 años del atentado a la AMIA.
Luego de que el mundial de fútbol atrajera la atención general, vuelven a quedar en el centro de la escena los problemas que lejos de solucionarse empeoraron en el último mes. Una investigación de de opinión pública reciente, sobre mil encuestados, recoge la evaluación que hacen los bonaerenses de la situación general del país. En mayo, el 35 por ciento la consideró negativa, el 41 por ciento regular, y el 24 por ciento positiva. En julio – y pese al furor del mundial – la opinión pesimista se agudizó: un 39 por ciento la evaluó negativa, un 39 por ciento regular, y un 22 por ciento positiva.
En el plano económico, la inflación vuelve a ser falsificada por el “nuevo Indec” – aún conducido por sus antiguos “dueños” – fogoneada por el aumento del déficit fiscal y una emisión monetaria que no se detiene. Vaya el dato de que dos tercios de los billetes circulantes son de 100 pesos, que han brotado de la Casa de la Moneda a un ritmo de 60 millones de piezas por día, en los últimos 45. El techo del impuesto a las ganancias licuó buena parte del aguinaldo y puso en alerta a la llamada CGT oficialista de Antonio Caló para subir el mínimo no imponible. La brecha cambiaria sigue sin resolverse y la pérdida de competitividad, sobre todo de las economías regionales, se profundiza. Y todo el andamiaje de la reestructuración de la deuda externa, montado en 2005 y 2010, peligra por la acción de los fondos buitres.
El empleo peligra, el salario real cae y la baja del consumo no encuentra un piso en la actual recesión. Apenas intentó el gobierno impulsar la compra de automóviles con un plan que trae más dudas que certezas a sus posibles beneficiarios. De hecho, hasta acá, no logró su objetivo.
Enfilado hacia su terminación, el kirchnerismo no tiene ni sucesor ni garantías de continuidad como modelo, por lo tanto se enfrenta a una retirada que propicia la desbandada de los peronistas – al fin y al cabo todos lo son – que al hacer cálculos miran hacia Daniel Scioli o a Sergio Massa como futuros líderes de la manada. En ese contexto los signos de debilidad son varios: el procesamiento de Amado Boudou indica que los operadores no pudieron obtener del juez siquiera algo de tiempo. Recordemos que, por el contrarlo, el vicepresidente se “cargó” al fiscal, al juez y al procurador general que lo investigaron allá por el 2011. El deterioro del poder oficial es notorio, sus pares en el Senado le han bajado el pulgar y prefieren al santiagueño Gerardo Zamora como maestre de las sesiones.
Tampoco pudo voltear a un fiscal con jurisdicción en dos barrios de la Ciudad de Buenos Aires, como José María Campagnoli, a quien hubo que restituir en su cargo luego de un verdadero papelón judicial. Aunque el verdadero objetivo enunciado como “democratización de la Justicia” está puesto hoy en la conformación de la Cámara de Casación, instancia a la que irán a parar las investigaciones de “los Campagnolis” que acorralarán a los funcionarios salientes. Ya nada es como en las épocas de superávit gemelos y poder a manos llenas con azotes de ira e infusión de miedo, sólo queda intentar asegurar la retirada.
Un reclamo
Con todos estos problemas a cuestas, desgastado y sin sucesor, cabe preguntarse por el protagonismo político de la oposición, ese sujeto estudiado por Gianfranco Pasquino, que tiene en las democracias mayoritarias, según el académico italiano, un cometido difícil cual es el de estar obligada a presentarse y actuar como alternativa. En ese sentido, el Frente Unen ha dado pasos importantes: se presentó en sociedad con antelación suficiente, formando una coalición competitiva y tiene definida con la PASO la forma de elegir sus candidatos. Sin embargo, aún resta afinar propuestas que le den mayor consistencia a una coalición esencialmente programática por encima de las particularidades de sus componentes.
Tal vez, esa demora reste el protagonismo que la oposición no peronista está llamada a tener en el trayecto hacia las elecciones nacionales de 2015. Sus precandidatos se expresan ante los problemas nacionales, pero no se ha formado ese cuerpo de propuestas que le ofrezcan al votante las razones para ser una alternativa, más allá de quines encabecen una lista.
De Roca a Boudou
Julio A. Roca (h) suscribió el pacto Roca-Runciman en la década del ’30, como un acuerdo comercial con Gran Bretaña que mantenía a la Argentina en el mercado financiero de la libra y acordaba privilegios comerciales para los productos ingleses, a cambio de seguir comprando materias primas argentinas.
Salvo el papel del vicepresidente actual, la historia parece repetirse, aunque ahora con China. Los acuerdos suscriptos por el presidente Xi Jinping, reproducen parcialmente ese pacto. Hasta la centralidad del ferrocarril se repite, como con los ingleses. Los chinos aportarán material rodante y vías para reconstruir el Ferrocarril Gral. Belgrano, en tanto que en vez de empréstitos financieros otorgarán un swap nominado en yuanes por el equivalente de 11.000 millones de dólares que de ninguna manera podrán ser contabilizados como reservas y que sólo servirán para pagar productos industrializados chinos.
La Argentina, para evitar las consecuencias perjudiciales del acuerdo Roca – Runciman, deberá ser capaz de ampliar su modelo de inserción que no se limite a comerciar productos primarios y profundizar el protagonismo de las cadenas de valor de la agroindustria y de ciertos nichos tecnológicos.
La participación de rusos y chinos en la construcción de las represas en Santa Cruz, será del mismo modo que en los ferrocarriles: los rusos aportarán las turbinas – su especialidad – y los chinos financiarán parte de la construcción que estará a cargo de un consorcio chino – argentino.
Como nota al pié, consignamos que la asignación de estos recursos a la construcción de dos represas en la provincia de Santa Cruz es totalmente arbitraria y sólo explicable porque es la provincia de los Kirchner. Ambos proyectos figuraban más allá del ranking 20 en la lista de prioridades hidroenergéticas. Peor aún, a los costos estimados para la obra total le falta agregar el de la extensa red de transporte necesaria para incorporar la futura electricidad a la red nacional.
Otras consideraciones sobre las nuevas relaciones con China muestran que no existe en Latinoamérica una posición común frente al gigante asiático. Por caso, el incorporación de China a la OMC se produjo luego de que reconocieran su condición de economía de mercado, Brasil, Argentina y más tarde Méjico en forma sucesiva y no como resultado de una política coordinada de los países de la región. Estos mismos tres países de Latinoamérica, no elaboran sus posiciones en forma conjunta como integrantes del G-20, siendo los únicos países que representan a la región en ese ámbito de decisiones estratégicas.
20 años de dolor
El acto por el aniversario del ataque terrorista a la mutual judía, mantuvo vivo el recuerdo y el renovado pedido de justicia por las 85 personas que fueron asesinadas el 18 de julio de 1994. Al calor de los últimos sucesos en torno al intento de esclarecer el hecho por parte del gobierno nacional, quienes encabezaron el acto exigieron que el Congreso derogue la ley que refrendó el memorando de entendimiento entre Argentina e Irán, ya considerado inconstitucional por la Cámara Federal.
La debilidad del gobierno también estuvo presente, justamente por la ausencia de funcionarios – sólo asistió el Ministro Alberto Sileoni – y por el tenor de las palabras del vicepresidente de la AMIA, Ralph Thomas Saieg.
Al dolor local se le suma el dolor en Medio Oriente por el recrudecimiento de la lucha armada entre Israel y los extremistas palestinos. A pocas semanas de que el Papa Francisco invitara a las máximas autoridades religiosas a orar por la paz en la región se ha desatado la violencia que ha dejado hasta hoy un saldo de 550 muertos palestinos y 25 israelíes en un conflicto que al decir de Daniel Baremboim, no tiene solución.

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Ante un Auténtico Cambio de Época

 

Todo indica que los próximos comicios se resolverán en una segunda vuelta, que daría un presidente con amplio respaldo y un Congreso sin mayorías propias, escenario apto para coaliciones que busquen sanear la cultura política

 

 

Hasta la creación del Frente Amplio UNEN (FAU), una mirada superficial del mapa político parecía darle la razón a esa frase atribuida al general Perón que aseguraba que los argentinos, más allá de sus creencias, "son todos peronistas".

El FAU no sólo desafía esa apariencia, sino que permite pensar que, en el futuro próximo, la Argentina ofrecerá un panorama político más parecido al vigente en nuestros países vecinos y que, no casualmente, les ha permitido aprovechar las extraordinarias oportunidades que el mundo le brinda, desde hace más de diez años, a esta región del sur de América latina.

El año 2015 será decisivo, ya que no sólo se eligen el presidente y todos los gobernadores, sino que se renuevan, también, la mitad de los diputados y un tercio de los senadores.

Mirado con los ojos de hoy, el escenario electoral del año próximo, en términos políticos, desnuda una frustración y, al mismo tiempo, anticipa una novedad.

Luego de haber gobernado durante tres períodos consecutivos con abundancia de recursos fiscales, institucionales, políticos y simbólicos, los que sostienen el proyecto oficial deben resignarse a no poder ofrecer a la ciudadanía una candidatura que exprese ese proyecto. Eso tiene el amargo sabor de la impotencia política.

Al refugiarse en la antes demonizada estructura partidaria del justicialismo, la acción del círculo íntimo de la Presidencia valida la sentencia de los estudiosos de la estrategia, que afirma que es más compleja y difícil una retirada ordenada que un ataque exitoso.

Padecen, en suma, del mal que distingue a todos los populismos: las complicaciones para procesar la sucesión, en nuestro caso determinadas por el límite constitucional. Ese límite no pudo ser removido debido a la derrota electoral de las elecciones legislativas del año pasado, en las que sólo uno de cada tres argentinos optó por la propuesta oficial.

La novedad surge de las encuestas conocidas hasta el momento, que anticipan dos datos: en primer lugar, por primera vez en nuestra historia política habrá una segunda vuelta para elegir el presidente; por otro lado, el FAU es, en esas cinco encuestas nacionales publicadas, una de las dos fuerzas políticas que participarán de la definición.

Ese dato del ballottage indica por sí mismo dos cosas: la primera es que el nuevo gobierno tendrá una indudable legitimidad de origen validada por un respaldo que, por definición, será superior al 50%. Adicionalmente, el resultado esperado de la primera vuelta electoral evidencia que ninguno de los sectores políticos que compiten dispondrá de mayorías legislativas propias.

No habrá, entonces, mayorías automáticas que conviertan, como hasta ahora, al Congreso en una "escribanía legislativa". Más por necesidad que por virtud, los argentinos deberemos aprender a vivir en lo que los especialistas definen como presidencialismo de coalición. Tal el sistema que caracteriza la realidad política de nuestros vecinos Brasil, Uruguay y Chile desde hace varios años.

En efecto, en Uruguay, la experiencia del Frente Amplio en las administraciones de Tabaré Vázquez y de José "Pepe" Mujica; la de los veinte años continuados de la Concertación en Chile y ahora, otra vez, la de Nueva Mayoría, con Michelle Bachelet, y la experiencia brasileña de las presidencias -de signo político distinto- de Fernando Henrique Cardoso en dos oportunidades y las de Lula y ahora Dilma Rousseff son claros ejemplos de presidentes sin mayorías propias en las cámaras legislativas, pero que son eficaces en la gestión de los asuntos públicos.

Este nuevo escenario nos obliga a ver el futuro próximo no como un modesto y rutinario fin de ciclo que concluye con la gestión de un partido que ha gobernado tres de cada cuatro días desde que la democracia fue instaurada en 1983 y más de 25 años continuados en el distrito donde viven casi el 40% de nuestros compatriotas, sino como un auténtico cambio de época que exige una mirada más ambiciosa.

Para avanzar en esa dirección es necesario dejar atrás la lógica de los líderes providenciales para los que el poder es un juego de suma cero, donde todo diálogo es sinónimo de debilidad; superar la concepción clientelar en la acción de gobierno, tanto en la relación con los ciudadanos como con los empresarios y los medios de comunicación; abandonar la visión de corto plazo y rentística de los asuntos económicos que genera un capitalismo prebendario y de amigos del poder; asumir que una república exige un respetuoso equilibrio entre los poderes, y por último, pero tal vez lo más acuciante, contar con gobernantes que sean verdaderos ejemplos de decencia.

Es, sin duda, un escenario desafiante que refleja, una vez más en la historia, la tensión que existe entre la cultura -entendida en un sentido amplio como los hábitos, costumbres y comportamientos sociales- y la política.

Creer que los registros culturales son permanentes no sólo es dejarse ganar por una perspectiva resignada de la vida, sino, más importante, desconocer la viabilidad de los avances históricos. Qué otra cosa más que un triunfo de la política sobre la cultura prevaleciente es la abolición de la esclavitud en la Asamblea del año 1813 o, más cerca en el tiempo, el fin de la tutela militar sobre la sociedad que se concretó en diciembre de 1983, hace sólo treinta años.

Para los que entendemos la democracia como una obra en curso, una construcción siempre inacabada, el valor de la alternancia y la existencia de una alternativa es una condición necesaria, y ésa es, precisamente, otra razón imprescindible para entender la importancia de la creación del Frente Amplio UNEN, que nos ahorra a los argentinos la obligación de tener que optar entre fracciones de una misma familia política.

Para los que pensamos que en una democracia de avanzada la condición de ciudadano precede a la de consumidor o espectador, la creación del Frente Amplio UNEN es un reconocimiento de que los ciudadanos, al desenvolverse en sociedades modernas y conflictivas, tienen identidades e intereses múltiples y cambiantes. Es la aceptación de que los estilos de vida, los patrones de consumo, la pertenencia a credos o la ausencia de creencias religiosas y las orientaciones sexuales, entre otras variables, representan fuentes tan poderosas de identidad como la posición que cada uno tenga en la función de producción de mercancías o servicios.

La formalización del Frente Amplio UNEN es la expresión del reagrupamiento de las fuerzas políticas que aspiran, frente a la fragmentación de la coalición que nos gobierna desde hace más de diez años, a ofrecerle a la sociedad una alternativa de regeneración democrática, de represtigio internacional del país, de progreso social, de transformación productiva y de ejemplaridad de sus gobernantes. Su constitución es sólo el primero, pero el más importante, de los pasos. A partir de ahora deberá demostrar, con sus propuestas y con sus acciones, que además de una oportuna opción electoral son capaces de construir una coalición eficaz de gobierno.

Publicado en La Nación http://www.lanacion.com.ar/1700171-ante-un-autentico-cambio-de-epoca

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Nuevo Número de Escenarios Alternativos

Nuestra Coyuntura Política, ACUERDO EN PARÍS: MALO, TARDÍO, PERO NECESARIO analiza el acuerdo con el Club de París: una gestión mala presentada como un éxito. A demás, el Frente se consolida con el acuerdo de San Nicolás y sus presentaciones en todo el país. Julio Cobos lanzó su precandidatura. Y finalmente, impunidad para la corrupción en la Universidad Popular de las Madres. Amado Boudou a indagatoria.

Mario Brodersohn en DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO, IGUALDAD Y CRECIMIENTO ECONÓMICO recuerda que en la década del 70 se había consolidado en el mundo académico la tesis de que no se podía alcanzar al mismo tiempo total eficiencia y total equidad social. Los gobiernos tienen que elegir cuanto están dispuestos a sacrificar de una alternativa por elegir la otra. Altos impuestos y altos subsidios afectan los incentivos a invertir y a trabajar y por lo tanto debilitan el crecimiento económico.

TODO DERECHO SUPONE UN PODER Y TIENE UN COSTO, de Aldo Neri aborda el costo del achicamiento de la brecha social

Varios autores acometen el tema de LA ARGENTINA Y LA CUESTIÓN DE LAS DROGAS: UNA PROPUESTA PARA REPENSAR EL DEBATE PÚBLICO y afirman que la Argentina no puede ni debe asumir ante sí y el mundo la lógica fútil y fracasada de la "guerra contra las drogas". No es admisible ni conveniente reducir una problemática polifacética y compleja a una contienda bélica, por más que el cuadro que se enfrenta a este nivel y en este momento parezca acuciante.

Un estimulante artículo de Sergio Palacios: ¿"VACA MUERTA" COMO ESTRATEGIA PARA EL DESARROLLO? Hace zoom sobre las estrategias energéticas de los países centrales y las experiencias en energías renovables y sustentables de la región.

DEMOCRACIA Y EX PRESIDENTES, de Jorge Castañeda señala: Al conmemorarse 10 años de existencia de la Fundación Fernando Henrique Cardoso (presidente de Brasil entre 1995 y 2002), en Sao Paulo, se produjo una sorprendente y a la vez predecible coincidencia de opinión de cuatro ex presidentes de Iberoamérica en torno a tres puntos centrales de democracia para toda América Latina y, en particular, para México.

LA ANOMIA Y LA TEORÍA POLÍTICA DE LA OLIGARQUÍA de Osvaldo Guariglia presenta un trabajo basado en el texto, con algunas modificaciones, de la conferencia de clausura de las Primeras Jornadas Carlos Nino que tuvieron lugar en la Sociedad Argentina de Análisis Filosófico en diciembre de 2013.

Por Rogelio Alaniz rememora en LA LAICA Y LA LIBRE, la última gran batalla callejera librada por nuestro liberalismo progresista, el mismo que se reivindicaba heredero de las tradiciones revolucionarias de Mayo, que se identificaba con las ideas de los jóvenes de la generación romántica y que apoyaba el gran proyecto educativo promovido por la Generación del Ochenta.

EL CONCEPTO DE LIBERTAD EN JOSÉ MARTÍ, de Pedro von Eyken es un trabajo académico sobre ese concepto en el prócer cubano.

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¿Fin de Ciclo o Cambio de Época?

La política argentina de nuestros días ofrece, tal vez, una única certeza: no existe ninguna posibilidad que la próxima administración reproduzca algunos rasgos de identidad del actual gobierno, como el ejercicio sistemático de la prepotencia política. Y la buena noticia es que así será porque esa práctica no es, ya más, socialmente aceptada.

Existe otra evidencia: la coalición que gobierna desde hace 12 años se fragmentó y la coalición opositora, por su parte, fue capaz de reagruparse en el flamante Frente Amplio Unen.

En efecto, los sectores identificados con un ideario que cree en la fortaleza de las instituciones democráticas y republicanas como determinante para el progreso de la sociedad nos confirman que, felizmente, han internalizado un triple aprendizaje.

En primer lugar, hubo un reconocimiento de las consecuencias negativas que, para la solución de las demandas sociales, tuvieron los casi 40 puntos de diferencia, con el segundo más votado, en la última elección presidencial. En segundo término, se comprendió que la coalición se debe concretar con antelación suficiente y con reglas que gobiernen su funcionamiento y los procedimientos para la selección de candidatos.

Por último, es un valor entendido para los partidos que integran la coalición que, en el nuevo turno democrático, será necesario desarrollar un programa de progreso económico y dar inicio a una etapa de regeneración democrática en la que la ejemplaridad de los gobernantes sea, a la vez, un imperativo moral y una garantía de justicia.

La competencia del año próximo es crucial ya que se elegirán todos los cargos ejecutivos, la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio de los senadores nacionales, además de legisladores y concejales en todo el país.

La próxima cita electoral presentará, además, una novedad histórica. Muy probablemente, por primera vez en la Argentina, habrá balotaje para fórmulas de Presidente y Vice que obtengan los dos primeros lugares en la primera vuelta electoral.

El sistema de la doble vuelta electoral previsto en nuestra Constitución tiene la virtud de favorecer las preferencias de los votantes en la primera ronda y, muy importante para nuestra realidad política, contribuir a la selección de presidentes que, en la segunda vuelta, consiguen un extendido respaldo popular.

El polo democrático y republicano, expresado en el Frente Amplio UNEN, está en condiciones de ser uno de los dos actores excluyentes de esa segunda vuelta. Las razones que justifican las opiniones que recogen las encuestas se basan en que los partidos que componen el Frente no sólo obtuvieron uno de cada cuatro votos emitidos en la última elección sino que, además, gobiernan dos provincias y más de 500 municipios.

Al mismo tiempo, el Frente en el Congreso es el mayor bloque opositor y su contingente parlamentario, con más de ochenta legisladores, es cuatro veces superior a los otros núcleos que, tributarios de la tradición justicialista, expresan los puntos de vista de otros precandidatos presidenciales.

Así las cosas, la creación del Frente es en sí mismo una vitalización de la democracia que requiere, para ser tal, de la posibilidad de la alternancia como regla de oro de su vigencia. Si su proyecto político es capaz de estructurarse en torno a ideas que alumbren una sociedad cohesionada, proyecten un crecimiento compartido y aseguren un futuro sostenible, el garantizado fin de ciclo puede devenir en un cambio de época.

Es apropiado, entonces, recordar a Bertolt Brecht cuando afirmaba que “la más larga noche no es eterna” y soñar que la decadencia que nos trajeron los golpes de estado y el populismo tampoco.

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Una Esperanza en Marcha

Con la firma del acta constitutiva del Frente, realizada en un acto al que asistieron más de 2500 personas en un teatro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los principales referentes de los partidos que lo integran: la Unión Cívica Radical; el Partido Socialista; la Coalición Cívica; Proyecto Sur; el GEN; el PSA y Libres del Sur, refrendaron un acuerdo sobre lineamientos políticos comunes, entre los que se destaca el sostenimiento de la ética pública como condición indispensable de la convivencia social: “La ejemplaridad de las conductas y la honestidad en el ejercicio de funciones de gobierno son tanto un imperativo moral, como una garantía de una justa distribución de los dineros públicos”, reza entre otros conceptos, el manifiesto fundacional.
En términos electorales se puede especular con que el Frente reúne un tercio del electorado, teniendo en cuenta el desempeño de la elección de 2009 y el potencial de cada uno de los candidatos que ya han anunciado su postulación para 2015, aunque esa lista pueda ampliarse.
Por supuesto que el Frente, sobre el que ya el Jefe de Gabinete como vocero del oficialismo atacó acusándolo de conjunto de traidores y responsables de hiperinflaciones, tiene por delante dos desafíos cruciales para llegar al 2015 con chances de mejorar lo que hoy es un lugar en la segunda vuelta presidencial: Primero, establecer un estilo de comunicación que asegure el conocimiento de sus figuras y propuestas y, sobre todo, que muestre que es una fuerza de partidos y no sólo un conjunto de líderes. Para esta tarea ya ha logrado la atención masiva del periodismo que, como es su tarea, escarbará en las hendijas del Frente y no en las solideces de su arquitectura. Y segundo, que logre articular para cada necesidad de la ciudadanía una propuesta de política pública coherente y sostenible.
Para Macri – que queda cuarto con la aparición de la coalición – el Frente es tan mala noticia como lo fuera UNEN en la Ciudad. En agosto de 2013, los candidatos del PRO mostraban una gran ventaja en las encuestas previas a la formación de UNEN, considerado cada candidato por separado. Las PASO en la Ciudad cambiaron esa tendencia. Macri, por la escasa territorialidad del PRO, sigue teniendo una muy débil situación a nivel nacional y necesita aliarse con líderes provinciales para tener chances en el 2015. Esta debilidad del PRO es una fortaleza del Frente.
Para Sergio Massa, que se mantiene estancado en las encuestas, la estrategia es la misma, con la diferencia de que es un auténtico catch all en la arena política, le va tanto un barón peronista del conurbano como un intendente vecinalista de la tercera sección. No sería de extrañar que la necesidad los viera repetir la alianza que ya formaron en 2013 en la provincia de Buenos Aires, de cara al 2015, año en el que tanto Macri como una decena de gobernadores deberán proyectar su futuro político fuera de sus actuales cargos.
Mientras el oficialismo amaga con una serie de candidatos, sin definir ninguno, e inseguros de que la presidente pueda terciar en la elección o veto de su sucesor o de su acompañante en la fórmula, el Frente ya tiene asegurado en su acta constitutiva las PASO como mecanismo de elección de candidatos, una herramienta que ya ha puesto en práctica con éxito en la Ciudad de Buenos Aires.
El Frente es una esperanza en marcha. Sin embargo, César Tcach, desde la Universidad de Córdoba nos recuerda un dato importante para tener en cuenta: “Por cierto, la formación o no de coaliciones, su eficacia y perdurabilidad se correlacionan con las características del sistema político. Se puede afirmar que un régimen político de tipo presidencialista que se caracteriza además, por la centralización de recursos en el Estado Nacional, genera un conjunto de incentivos selectivos que opera en detrimento de la estabilidad coalicional.”
El presidente del radicalismo, Ernesto Sanz admitió que los personalismos "tienen su peso" en esa coalición. "De hecho, en la Argentina la política tiene un fuerte contenido personalista, pero en este caso todos hemos sido capaces de dejar de lado nuestras cuestiones individuales para construir un espacio común", subrayó y agregó que todos los dirigentes de esa corriente política "tenemos conciencia de que lo colectivo está por encima de cada uno de nosotros".
Se presenta así un nuevo actor en la escena política que ha hecho mucho ruido con su aparición, luego de una importante maduración y un trabajo de consolidación para presentarse en sociedad. Los desafíos están planteados. Si la Argentina que queremos ha de tener bases sólidas expresadas en políticas públicas consensuadas y en una institucionalidad que trascienda a sus ocasionales representantes, el Frente tiene la gran oportunidad de dar el ejemplo y demostrar que una organización democrática y republicana de la sociedad es mejor a un esquema en el que predomina la voluntad encarnada en un liderazgo omnisciente.
Economía a ciegas
El “modelo nacional de matriz diversificada e inclusión social”, hace ya varios años que no responde a nada de su larga denominación: la trasnacionalización ha avanzado, la reprimarización también y la inflación alejó a un conjunto de la sociedad que se había “arrimado al consumo” con la extensión de la jubilación y la AUH que hoy pagan beneficios que, para algunos especialistas, están por debajo de la línea de pobreza.
Es que esa línea, la borró el gobierno para que no se sepa a cuantos ha dejado del lado sumergido. En un verdadero papelón del Ministerio de Economía que mantiene a la gente de Guillermo Moreno al frente del Indec, la gestión “Cokicillof” adujo problemas de “empalme” que resolverá desde la metodología. Si tardaron tres años en la metodología del nuevo IPC, imaginemos que hasta el fin del mandato no habrá estadística para conocer los niveles de pobreza e indigencia.
Hasta entonces todo quedará en la retórica política: Jorge Capitanich, Axel Kicillof y Carlos Tomada ya califican a los estudios privados como operaciones de la oposición y buscan subterfugios para justificar “lo bien que se está” luego de la "década ganada", siempre comparada con la crisis de 2001.
Estudios del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, estiman que "en la Argentina la pobreza se ubicaría cerca de 30 y la indigencia, en 10 por ciento, aún usando las canastas básicas medidas por el INDEC"… … "La pobreza bajó hasta 2010 y 2011, tendió a aumentar en 2012 y subió en 2013, medidas con los datos del INDEC. Lo que hay que señalar es que la indigencia no subió tanto, (sino que) se mantuvo estable en 8 ó 9 por ciento debido a la Asignación Universal por Hijo", sostuvo su titular Agustín Salvia.
Otro dato falseado por el Ministerio de Economía – y señalado desde esta publicación hace tiempo – es el del superávit comercial del año 2013. El Indec “actualizó” ese resultado reduciéndolo en 1366 millones de dólares sin dar explicación alguna.
El nuevo IPC, luego de un debut razonable: ¿será confiable en manos de estos falsificadores de datos públicos? Es probable que siga los pasos de las estadísticas falsas de un gobierno dispuesto a todo con tal de seguir sosteniéndose en el poder. Para eso necesita no contradecir su “relato”: el aumento de la pobreza sería un misil en la línea de flotación de la versión oficial de la historia reciente.
Mientras esto ocurre, en forma lenta, los efectos de la devaluación de enero se van perdiendo y la corrosión inflacionaria colocará al dólar en el casillero del retraso. Para peor, la reducción del nivel de actividad – el aumento de las tasas pega duro en las Pymes – nos acerca a la estanflación.
Lo que podría ser una buena noticia, es decir, la compra de divisas por parte del BCRA, no es más que la advertencia de que pasada la liquidación de la cosecha el segundo semestre sólo dejará la opción del financiamiento internacional – aún cerrado – para pagar importaciones que hoy están “pisadas” y que tienen en el rubro energético su cuenta más pesada. Vale recordar que el BCRA está comprando mucho menos de lo que vendió en el verano y que esa recuperación la deberá utilizar el país para pagar importaciones necesarias para producir. Muchos dilemas para un gobierno débil.
Seguridad a tientas
La Ministra de Seguridad, Cecilia Rodríguez y su segundo Sergio Berni asistieron a la comisión bicameral de Fiscalización de Seguridad Interior, para hablar de un asunto de gran repercusión pública, en la misma semana en que – además de los crímenes ya habituales – el senador Aníbal Fernández fue asaltado, aquel que acuñó lo de la “sensación de inseguridad”.
El encuentro al que los funcionarios y legisladores presentes deben discutir un asunto álgido, debe hacerse sobre la base de la argumentación política, porque los datos de criminalidad – al igual que los del Indec – hace años que nos se elaboran. Así las cosas, Berni aceptó que hay 500 pistas clandestinas de aterrizaje, asunto sobre el cual responsabilizó a la Justicia: “Necesitamos flexibilizar la justicia. Agilizar las causas. Más juzgados federales son bienvenidos, pero lo que le pedimos al presidente de la Corte Suprema son secretarías especiales”, solicitó.
El senador Gerardo Morales, le recordó a Berni en la comisión, que el Jefe de Gabinete en su rendición de cuentas en el Senado había asegurado que no había pistas clandestinas, mostrando que existen grandes contradicciones en asuntos de vital importancia para la ciudadanía.
La información que es tan valiosa para gobernar – la información es poder – está dejando de ser producida por el gobierno y pasará a manos privadas, porque es un espejo que le devuelve a la presidente una imagen que no le gusta. Tal vez tampoco repare que cuando inaugura con Florencio Randazzo los nuevos trenes chinos del Ferrocarril San Martín – fabricados en China – soslaye el hecho de que en su gestión la reindustrialización tan mentada es otro de sus espejismos.
En la década de l940, China estaba en plena revolución agraria y los Ferrocarriles Argentinos se fabricaban aquí. Hoy, después de las tasa de crecimiento más espectaculares de la historia argentina, vendemos a China soja a granel a cambio de trenes de última generación. El relato hace agua por todas partes.