Por Luis Alberto Romero
Publicado originalmente en el diario La Nación
La Argentina padece por una enfermedad de memoria. Hay un pasado que duele, ubicado en los años setenta, cuyos efectos, proyectados al presente, se hacen más sensibles con el tiempo. Esta memoria traumática, que hoy está a flor de piel, agudiza otros conflictos y nos impide pensar para adelante, en momentos en que más necesidad tenemos de tomar decisiones y formular proyectos. La solución pasará a la larga por la política. Pero el saber histórico puede ayudar a sanar los males de la memoria.